XXI Jornadas de Residentes y III de Tutores de la semFYC - Cáceres
10 y 11 de noviembre de 2017
Atención Primaria.
Trombosis venosa profunda.
Enfoque individual
Varón, 55 años, conocido en nuestra consulta hace dos años.
Antecedentes personales: exfumador, obeso, TVP en 2016, consumidor crónico de alcohol (70 UBE semanales). Actualmente esteatosis hepática severa y analíticamente: macrocitosis, hipertransaminasemia e hiperferritinemia. En tratamiento con AAS.
Enfoque familiar
Separado, con tres hijos, vive solo, trabaja como portero. Acude solo a consulta. Realiza principalmente consumo social de alcohol motivado por sus amistades, aunque también bebe solo.
Diagnóstico diferencial
Trastorno relacionado con el alcohol en estado precontemplativo: supera ampliamente el umbral de riesgo. Durante nueve meses se realiza intervención motivacional en el centro de salud (CS) con disminución a 28 UBE semanales. En julio de 2017 acude al CS cumpliendo criterios diagnósticos de síndrome de dependencia alcohólica. Refiere además hematomas y epistaxis. Le acompaña una vecina, alarmada por la situación.
Tratamiento
Aprovechando el apoyo de su vecina y el deterioro clínico-sociolaboral del paciente, se prioriza la desintoxicación alcohólica. La principal cuestión es si realizarla ambulatoriamente o con ingreso urgente (que el paciente rechaza). Finalmente se acuerda desintoxicación en el domicilio de un hijo, se retira AAS y se pauta tiaprizal y vitaminas K y grupo B. Se prescribe incapacidad transitoria.
Evolución
La desintoxicación ambulatoria finalmente no se pudo realizar debido al empeoramiento clínico grave del paciente. Precisó ingreso en UCI por delirium tremens en el contexto de descompensación hidrópica. Durante la hospitalización fue valorado por Psiquiatría, decidiéndose –al igual que en el centro de salud– traslado al domicilio de su hijo para realizar desintoxicación.
Se plantea un debate entre desintoxicación ambulatoria frente a hospitalaria, preservando los deseos del paciente y su situación clínico-sociolaboral. Además, se consideran los aciertos y errores de la actuación del médico de familia, con las consecuencias que otras acciones hubieran producido. Su médico puede monitorizar el proceso, que realizado ambulatoriamente facilita la deshabituación y abstinencia a largo plazo; la realización del proceso requiere una profunda reflexión aunando conocimientos, experiencia profesional y cooperación con el paciente y su entorno.