Comunicaciones: Casos clínicos

A mi nadie me toca ahí (póster)

ÁMBITO DEL CASO

Servicios Urgencias

MOTIVOS DE CONSULTA

Sangrado anal.

HISTORIA CLÍNICA

Enfoque individual

Varón de 24 años sin antecedentes personales que acude por intenso dolor anal y sangrado abundante rojo en inodoro tras defecación desde el día anterior. Acude con su pareja y se muestra tímido en la consulta. En la anamnesis dirigida solo refiere ligero estreñimiento de unos días de duración.

Se procede a exploración sistemática y al solicitar permiso para exploración anal mediante tacto rectal, el paciente se niega rotundamente con la frase “a mí nadie me toca el culo”.

Se explica al paciente la necesidad de completar la exploración física para llegar a un diagnóstico adecuado y poder establecer un correcto diagnóstico diferencial, ya que hay varios cuadros clínicos que pueden cursar con sangrado rectal. Se ofrece la posibilidad de realizar la exploración a solas en la consulta, la cual es rechazada también por parte de su pareja. A pesar de intentar empatizar con el paciente de diferentes formas decide marcharse sin completar la exploración de forma voluntaria. Al cabo de las horas vuelve sólo, solicitando nueva valoración ya que se encuentra asustado tras mirar por internet los posibles diagnósticos. Se completa exploración con tacto rectal el cual muestra restos de sangre roja con heces y hemorroides internas grado III que precisan reducción manual.

Enfoque Familiar

No procede.

Desarrollo

Hemorroides internas grado III.

Tratamiento

Se indica tratamiento con metamizol 575 mg cada 6 horas, lavados de asiento con agua tibia y dieta rica en fibra para evitar el estreñimiento. Podrá usar una pomada antihemorroidal una vez al día cuando deje de sangrar.

Evolución

Deberá ser controlado y revisado por su Médico de Familia.

CONCLUSIONES

La exploración física es una parte fundamental en el papel del médico ya que junto a una buena anamnesis va a delimitar los posibles diagnósticos de nuestro paciente. No debemos caer en el error de dar diagnósticos que suponemos ya que se puede incurrir en fallos que repercutan en la salud de nuestros pacientes. Hay que intentar empatizar siempre con ellos para hacerle fáciles situaciones incómodas que para nosotros supongan una rutina y preservar siempre el derecho a la intimidad del mismo.

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