Urgencias hospitalarias. Caso multidisciplinar.
Pérdida de fuerza en extremidad inferior izquierda de 48 horas de evolución.
Enfoque individual
Varón de 85 años con antecedentes de diabetes mellitus tipo II, hipertensión, hipercolesterolemia, insuficiencia cardiaca y bronquiectasias; que se encontraba en estudio por parte del Servicio de Digestivo por ascitis secundaria a hepatopatía en tratamiento con espironolactona. Consulta por pérdida de fuerza en extremidad inferior izquierda de 48 horas de evolución, náuseas sin vómitos y sensación de mareo. No refería sensación de disnea ni dolor torácico, no antecedente de traumatismo y no ha tenido fiebre.
Exploración y Pruebas complementarias: TA 120/70; FC90; Tª 37ºC. Auscultación cardiaca y pulmonar anodina. Extremidades inferiores: no edemas ni signos de trombosis venosa profunda. Abdomen: anodino. Exploración neurológica: pares craneales sin alteraciones, pupilas isocóricas normorreactivas, no alteraciones campimétricas, meníngeos negativos, dismetría izquierda, asomatognosia izquierda. TC de cráneo: sin hallazgos significativos. Analítica de sangre: urea 106; creatinina 1,5; sodio 121; potasio 8,2; resto sin alteraciones. EKG: T picudas.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Juicio Clínico: Hiperpotasemia secundaria al uso de fármacos.
Diagnóstico Diferencial: Hiperpotasemia, tumor cerebral, ictus.
Tratamiento y planes de actuación
se la trasladó a observación donde estando monitorizada se pautó tratamiento con resinas de intercambio iónico 20 g cada 8 horas, 500 ml de suero glucosado al 10 % con 10 unidades de insulina rápida cada 60 minutos; 3 ampollas de furosemida en bolo; bicarbonato sódico 1 M en perfusión; 2 ampollas de gluconato cálcico iv; nebulización de 0,5 mg de salbutamol.
Evolución
Tras tratamiento potasio de 6,4.
Las hiperpotasemias suelen presentarse de manera asintomática hasta que aparecen arritmias aunque ocasionalmente pueden aparecer déficits neurológicos y otros síntomas poco específicos. Ante una sospecha deberemos realizar una analítica que nos dará el diagnóstico de certeza y revisar los fármacos que consume el paciente y la función renal. Realizaremos un electrocardiograma en el que característicamente aparecerán alteraciones a partir de niveles de 5,5, inicialmente suele haber una prolongación del PR con acortamiento del QT, ondas T picudas y altas simétricas. A partir de 6,5 existirá un ensanchamiento del QRS.