- Abordar los trastornos psicoconductuales de los pacientes con deterioro cognitivo con medidas higiénico-ambientales.

- Limitar el uso de sujeciones físicas y/o químicas.

El uso de sujeciones farmacológicas y/o mecánicas constituye en la actualidad un tema muy controvertido dentro de la asistencia geriátrica. Afecta directamente algunos derechos fundamentales de la persona, como la libertad, la dignidad y la autonomía, y tiene repercusiones éticas y legales.

Las sujeciones no sólo no disminuyen los trastornos piscoconductuales, sino que muchas veces aumentan la gravedad de los mismos, además de asociarse a múltiples complicaciones.

Por este motivo, en un centro geriátrico se planteó agrupar a los enfermos con demencia e inquietud psicomotora en una misma zona del edificio, adaptada especialmente para ellos, prevaleciendo los espacios abiertos, eliminando barreras arquitectónicas que puedan favorecer las caidas, colocando protecciones en los muebles, bajando la altura de las camas, mejorando la iluminación, la cartelería...

Las medidas higiénicas se centran en el control exhaustivo del sueño mediante un diario que rellena el turno de noche. En este pasillo se permite la deambulación nocturna, se proporcionan rondas de hidratación y alimentación, se favorece el acceso al WC... y todo queda registrado. El manejo de psicofármacos también se controla de forma rigurosa, adaptando el tratamiento al patrón de sueño de cada paciente y vigilando la aparición de efectos secundarios.

- Permitir la deambulación y ofrecer agua y alimento durante la noche evita la aparición de agitación y otras alteraciones psicoconductuales.

- El estudio del patrón del sueño nos ayuda a seleccionar la medicación más adecuada y ajustar la dosis, minimizando los efectos secundarios.

El uso de medidas higiénico-ambientales ha demostrado ser útil en el manejo de los trastornos psicoconductuales de pacientes con demencia, a los que tantas veces se enfrenta el médico de familia, ya sea en el domicilio o en instituciones.