Aplicación de la metodología de diagnóstico, aislamiento y tratamiento de sarna en una Residencia Geriátrica (RG) en tiempos de pandemia por Covid.

Desde la RG se nos informó de la existencia de prurito de meses de evolución en varios residentes, sin mejoría a pesar de múltiples tratamientos (antihistamínicos, hidratación cutánea, antifúngico tópico, corticoterapia tópica…) por lo que valoramos presencialmente a una de las residentes afectadas. En la exploración objetivamos múltiples signos de rascado  lo que limitó la visualización con dermatoscopio de lesiones específicas compatibles con Sarna. Al reinterrogar sobre la situación, nos informan de la afectación de la mayoría de los residentes (13/23) y algunos trabajadores, todos procedentes de la misma planta. Se consideró la posibilidad diagnóstica de un brote de sarna que fue confirmado por la dermatóloga de zona en una visita conjunta en la RG y tras una exploración física exhaustiva incluyendo las zonas acrales. Una de las residentes fue diagnosticada de sarna Noruega. También se contactó con Salud Pública por la elevada capacidad de transmisión de la enfermedad y se procedió al aislamiento de contacto y la aplicación de un protocolo de desinfección de fómites junto tratamiento personalizado a cada residente hasta la desaparición de las excoriaciones y prurito tras múltiples semanas de control y seguimiento por parte de los profesionales de Atención Primaria (AP).

La anamnesis y exploración física son fundamentales para el diagnóstico de la sarna, en este caso, siendo necesario el dermatoscopio para confirmar dicha sospecha. La evolución favorable no hubiera sido posible sin el trabajo en equipo de todos los profesionales que realizaron control y seguimiento desde el equipo de AP.

El trabajo en equipo desde AP es imprescindible para superar retos de una forma resolutiva y efectiva, teniendo como principal objetivo ofrecer la mejor atención sanitaria posible.