XXXVIII Congreso de la semFYC – Barcelona
del 10 al 12 de mayo de 2018
Atención Primaria, Atención Especializada.
Caso multidisciplinar
Disnea.
Enfoque individual
• AP: No RAM. Fumador 80 paq/año sin otros hábitos tóxicos. Diabético, no HTA, hipercolesterolemia.
• Tratamiento habitual: metformina 850mg, simvastatina 20 mg.
• Anamnesis: Varón de 62 años que en los últimos 2 meses realiza varias visitas al centro de salud por dificultad respiratoria que aumenta con los esfuerzos, sobre todo en decúbito, y catarros de repetición. Afebril. No dolor torácico.
• EF: buen estado general, consciente, orientado y colaborador; bien hidratado y perfundido. Eupneico. AR: murmullo vesicular conservado con crepitantes bibasales. AC: rítmica, sin soplo. No edemas maleolares, no signos de TVP.
• PC:
o ECG: RS 98 lpm, BCRIHH.
o Analítica: normal.
o Rx tórax: redistribución vascular, congestión pulmonar, derrame en ángulo costofrénico izquierdo.
o Ecocardiograma: ventrículo izquierdo dilatado y remodelado, hipoquinesia global y función sistólica global severamente deprimida. FE 20%. Insuficiencia mitral moderada funcional. AI 39 mm. Resto normal. No derrame pericárdico.
o PFR: FEV1 1970 cc (69%), FVC 2470 cc (69%), FV1/FVC 79%.
Enfoque familiar
Vive con su mujer. Agricultor. Buena relación social y familiar.
Desarrollo
o Juicio clínico: IC. Disfunción sistólica severa.
o Diagnóstico diferencial: EPOC, IC.
Tratamiento
Carvedilol 6.25mg, Entresto 24/26, Furosemida 40mg, Espironolactona 25 mg.
Buena adherencia al tratamiento.
Evolución
Ante episodios recidivantes de disnea e infecciones respiratorias el médico de familia decide derivar a consulta externa de neumología y cardiología para valoración EPOC vs IC. Tras ecocardiograma, espirometría junto con la clínica del paciente se diagnostica de IC descompensada por infección de vías respiratorias y disfunción sistólica severa.
El médico de familia tiene un papel fundamental en el seguimiento de sus pacientes, este seguimiento aporta gran ventaja diagnóstica, ya que permite ser rápidos y detectar cambios que pueden aparecer en la clínica del paciente. En este caso la sospecha y la pronta derivación al cardiólogo resuelve el diagnóstico, evitando posibles complicaciones como un edema agudo de pulmón.