Atención primaria

Valoración de paciente dada de alta

Enfoque individual

Mujer de 94 años, no conocida previamente, con antecedentes de: deterioro cognitivo moderado, insuficiencia tricuspídea severa, portadora de marcapasos, diabetes tipo 2 en tratamiento con insulina. Índice de Barthel: 50.

Ha sido dada de alta por insuficiencia cardiaca descompensada que requirió diuréticos a dosis plena, con indicación de colocación de furosemida en perfusión si no hubiera respuesta al tratamiento oral. En una primera valoración, la paciente se encuentra asintomática, oligúrica y ha presentado hipoglucemia matutina. A la exploración física: ta: 120/60, sat. 98%, FC: 67; con mejoría auscultatoria respecto al ingreso, pero con edemas con fóvea hasta rodilla.

Enfoque familiar y comunitario

Institucionalizada en residencia. Buena relación familiar.

Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas

Insuficiencia cardiaca descompensada.

¿Situación de final de vida? ¿Cómo acompañar?

Tratamiento y planes de actuación

Se establece vínculo terapéutico desde la presencia y la atención plena a sus necesidades a través de la observación corporal, potenciando el contacto visual y físico con preguntas cortas con tono de voz suave en un ambiente relajado y sin ruidos, y acompañada por sus familiares. La paciente permanece con gesto tranquilo, respondiendo adecuadamente con monosílabos, y reza.

Se reajusta dosis de insulina en función de glucemias y se coloca vía subcutánea con perfusor de furosemida a dosis de 160 mg/24 h.

Evolución

A las 48 horas presenta constantes adecuadas, pero ha disminuido su nivel de conciencia y de diuresis, por lo que se retira el perfusor. De manera puntual tiene episodios de leve agitación que ceden con el contacto físico. Se comenta con los familiares la importancia de la presencia, el tacto y el uso de una voz suave. Se deja morfina cargada y se dan instrucciones para su uso, el cual no precisará.

La paciente fallece a las 36 horas en compañía de sus familiares y sin signos de distrés.

En situaciones de final de vida la comunicación no verbal cobra especial relevancia. Actitudes como la presencia, la autenticidad, la empatía y la compasión son fundamentales para ese acompañar con o sin palabras donde el lenguaje corporal y la espiritualidad se colocan en el centro. Éstas requieren de: autoconocimiento del profesional, técnicas en comunicación no verbal y ética. Prácticas como el mindfulness y la meditación han demostrado ser eficaces en el cultivo de dichas actitudes.