Identificar las causas de demanda de atención de Urgencia y su adecuación, de acuerdo a recomendaciones establecidas.

La preocupación se centra en una correcta identificación de parte de cuidadores de población geriátrica, de signos que justifiquen la derivación a urgencias, dado que su uso puede tener efectos sanitarios colaterales y costes asociados.  
Se incluyeron las derivaciones de una población geriátrica al Servicio de Urgencias durante dos meses. Se identificaron las causas de derivación y categorizaron en cinco grupos: Agudización de enfermedad cardio-respiratoria (AECR), Mal estado general (MEG), Otras causas, Causas neurológicas y Síndrome febril (SF).
Para calcular la adecuación de la derivación nos basamos en el instrumento Appropriatenesss evaluation protocol (AEP*) que considera como  determinante para una posible hospitalización la presencia de al menos uno de los 16 puntos de sus dos grandes grupos: 1. Criterios referentes a la situación clínica del paciente, y 2. Criterios referentes a la intensidad de los cuidados prestados.

Se identificaron 47 derivaciones. Las causas de derivación fueron, en orden decreciente: Agudización de enfermedad cardio-respiratoria (AECR) (38%), Mal estado general (MEG) (26%), Otras causas (17%), Causas neurológicas (13%) y Síndrome febril (SF) (6%).
Se encontraron 34 (72%) derivaciones adecuadas y 13 (28%) inadecuadas. Su desglose, descrito por porcentaje de adecuación/inadecuación, por causa de demanda de atención fué:  Causas cardio-respiratorias 84/16, Malestar general 33/67, Otras causas 88/12, Causas neurológicas 67/33 y Síndrome febril 100/0.

Las causas de demanda de atención de urgencia  fueron casi en dos tercios por AECR o por MEG.
La categoría MEG es la menos soportada en base a las recomendaciones establecidas. El síndrome febril es el mejor identificado.
Se evidencia la oportunidad de información a los cuidadores de población geriátrica, en la correcta identificación de los signos que justifican la derivación a Urgencias.