XLIV Congreso de la semFYC - Barcelona
14-16 de noviembre de 2024
Atención Primaria.
Fiebre de 39 ºC de una semana de evolución.
Enfoque individual
Antecedentes personales: no refiere.
Anamnesis: la paciente refiere que a la fiebre asocia malestar general, mialgias, exantema facial, insomnio e hiporexia. Ha tomado ibuprofeno 600 mg sin mejoría. Se le deriva a urgencias hospitalarias para pruebas complementarias por franco deterioro del estado general.
Exploración: exploración por aparatos anodina. Adenopatías latero-cervicales bilaterales.
Pruebas complementarias: Ag SARSCOV2 e Influenza A/B negativos, una analítica de sangre con LDH 1098, GPT 208, GGT 74. Al alta queda pendiente resultado de serologías y hemocultivos. Se solicita una radiografía de tórax que resulta anodina.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Juicio clínico: fiebre de origen desconocido.
Diagnóstico diferencial: enfermedades infecciosas, enfermedades autoinmunes, neoplasia o fiebre de origen medicamentoso.
Tratamiento y planes de actuación
Actualmente está con metotrexato 12,5 mg/lunes, acfol 1 comprimido/martes y colchicina 0,5 mg/12 horas.
Evolución
Una semana más tarde continúa con la misma clínica, se le informa de hemocultivos y serologías (virus hepatotropos, VIH, toxoplasma, VHS, bartonella, borrellia, rickettsia, coxiella, parotiditis, VVZ, micoplasma) negativas. Remitimos de nuevo a urgencias donde realizan nueva analítica de sangre destacando LDH 2708, ferritina >40.000, VSG 24, GGT 1.025, GPT 986, GGT 174. Se realiza ecografía objetivando hepatoesplenomegalia leve. Se decide ingresar a la paciente y lo orientan como síndrome autoinflamatorio iniciándose bolos de corticoides con mejoría clínica, pero por reaparición de fiebre tras 48 horas sin corticoides se inicia metotrexato y colchicina con lo que mejora y le dan de alta. Tras 1 mes del alta se confirma el diagnóstico de síndrome autoinflamatorio por objetivar una hiperactivación de la población linfocitaria T.
El síndrome autoinflamatorio consiste en episodios recurrentes de inflamación sistémica debido a mutaciones genéticas que afectan a la regulación del sistema inmunitario innato. Como médicos de familia es esencial sospechar esta entidad pues somos la puerta de entrada al sistema sanitario, así como los que vamos a realizar el seguimiento de esta enfermedad crónica. Es importante estar alerta continuamente en consulta con los jóvenes porque también pueden presentar enfermedades graves y no banalizar sus síntomas por su temprana edad, así que debemos evitar siempre la inercia terapéutica y dedicar tiempo a una buena anamnesis y exploración física para sospecharlas.