XL Congreso Nacional y I Congreso Virtual de la semFYC - Valencia
del 15 de septiembre al 6 de octubre de 2020
Atención Primaria.
Mujer de 75 años. Acude a resultado de analítica semestral y ECG anual.
Enfoque individual
-Antecedentes personales: Diabetes Mellitus, HTA, Obesidad, Dislipemia. Tratamiento: metformina 850mg/12h, Rosuvastatina 10mg/24h, Ezetimiba 10mg/24h. No fumadora.
-Anamnesis: no refiere dolor torácico ni disnea
-Exploración: AC: tonos rítmicos, AP: normal.
-Pruebas complementarias: en ECG se aprecia un leve descenso de ST de aproximadamente 1mm en cara inferior (II, III, aVF). Revisando ECG previos digitalizados se aprecia similar en 2018, pero diferente respecto al de 2017, que no lo presentaba.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Diagnóstico diferencial: Cardiopatía isquémica, Cardiopatía hipertensiva, Alteración inespecífica del ECG.
Tratamiento y planes de actuación
Se solicita consulta no presencial con cardiología, para valoración del ECG digitalizado. Coinciden con nuestro diagnóstico y solicitan prueba de esfuerzo que se realiza en 15 días y que resulta eléctricamente positiva (descenso del ST en cara inferior de 1 mm) y clínicamente negativa. Ante el probable diagnóstico de cardiopatía isquémica se inicia tratamiento con ácido acetilsalicílico 100 mg/24 h y bisoprolol 2,5 mg/24 h y queda en seguimiento compartido con cardiología. Informamos a la paciente de resultados en nuestra consulta.
Evolución
La paciente está pendiente de continuar estudio ambulatorio en cardiología.
La forma de trabajar ha cambiado desde la mayor capacitación del médico de familia y la innovación tecnológica (ECG escaneados o digitalizados desde el propio aparato), por lo que había que cambiar los protocolos. El médico de familia está capacitado para diagnosticar los problemas cardiológicos y ser el eje del paciente, solo hacía falta que se convencieran los gestores, con apoyo de los cardiólogos.
Actualmente no es preciso derivar a una consulta presencial de cardiología gran parte de procesos, que el médico de familia es capaz de evaluar correctamente. Confiando en nuestro criterio el protocolo es valorar de forma multidisciplinar el uso de pruebas a las que no tenemos acceso. El diagnóstico es mucho más rápido, al igual que el inicio de tratamiento y el principal beneficiado es el paciente. Hace años el mismo caso se hubiera resuelto con una derivación presencial y lista de espera e incluso, ante pequeñas dudas en el ECG, sin derivación.