XXXVII Congreso de la semFYC – Madrid
del 4 al 6 de mayo 2017
Atención Primaria.
Mujer de 51 años que acude a consulta por presentar lesiones asintomáticas en ambos MMII de varias semanas de evolución, que comenzaron a principio del invierno.
Enfoque individual
Como antecedentes personales destaca un síndrome depresivo en tratamiento con Sertralina 50 mg/24.
Refiere episodios similares en años anteriores, en la misma época pero de menor intensidad, y con mejoría de los mismos con la llegada de la primavera. Niega aplicación de nuevos productos tópicos o introducción de nuevos fármacos. Como antecedente de interés destaca la utilización de un brasero en su domicilio de manera diaria, durante varias horas.
En la exploración física se objetivan manchas de coloración marronáceo-parduzcas de bordes mal delimitados que confluyen dando un aspecto de reticulado en tercio distal de muslos, rodillas y área pretibial. Las lesiones desaparecen a la vitropresión y no se aprecian en el resto del tegumento. La exploración física por órganos y aparatos no reveló datos de interés.
Enfoque familiar
Ama de casa.
Desarrollo
El eritema ab igne es el resultado de la exposición repetida y mantenida de la piel a niveles de calor por debajo del umbral de la quemadura. Se caracteriza por la aparición de una mácula/mancha eritemato-marronácea de patrón reticulado transitorio que puede evolucionar si no se elimina el agente causal a una hiperpigmentación persistente. Clásicamente descrito en ancianos en relación al uso de estufas y/o braseros siendo el área pretibial de las piernas y la parte baja de la espalda las localizaciones más frecuentemente afectas.
Tratamiento
La primera medida a tomar será aconsejar la eliminación de la fuente de calor causante del cuadro, ya que aunque no se produzca quemadura, este eritema se ha relacionado a largo plazo con la aparición de neoplasias cutáneas, destacando por su frecuencia un mayor índice de carcinoma epidermoide.
Evolución
Tras la suspensión de la fuente de calor las lesiones mejoraron de manera progresiva.
El diagnóstico de esta entidad es clínico, por lo tanto, una buena anamnesis y la época estacional en la que ocurre pueden darnos la clave y orientarnos hacia el diagnóstico de esta patología.