XLIV Congreso de la semFYC - Barcelona
14-16 de noviembre de 2024
Enfoque individual
Jubilado, vive con mujer. Fumador 45 paquetes/año. Diabetes tipo 2 (DM2) en tratamiento. Hipertensión (HTA). Psoriasis. Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) grado 2 grupo A.
Hombre de 70 años con carcinoma broncogénico estadío IIIB (c-T4N3M0). Preocupación por hablar sobre su enfermedad y toxicidad del tratamiento. Dolor torácico y estreñimiento de días de evolución. A la exploración, consciente, orientado, colaborador, pálido, pérdida de peso en los últimos meses. SatO2 97%, glucosa 170, TA 125/80. Auscultación cardiaca (AC): Rítmica, sin soplos. Auscultación pulmonar (AP): Roncus base derecha. Abdomen: blando, depresible, no doloroso a la palpación, peristalsis conservada, no masas ni megalias. No edemas.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Carcinoma broncogénico estadío IIIB (c-T4N3M0).
Tratamiento y planes de actuación
Procinéticos para estreñimiento y analgesia para control del dolor.
Se decide no derivar con intención de ingreso hospitalario salvo en el momento del diagnóstico y tres actuaciones (consulta neumología, descartar metástasis cerebrales y salud mental). Solicitamos consulta virtual con dermatología por psoriasis. Así, se consigue seguimiento total gracias a interconsultas, sin precisarse ingreso hasta últimos días donde se realiza sedación y control de síntomas en domicilio.
Evolución
Últimos días: responde con monosílabos, agitado, dolor abdominal. SatO2 84%, FC 110 lpm, TA 113/60, AP: roncus generalizados, caquexia, estupor. No tolera líquidos. Se retira medicación oral y se coloca catéter subcutáneo y bomba de infusión con midazolam, buscapina y cl. mórfico.
La Medicina de Familia abarca distintas esferas de la vida del paciente, aspectos físicos, psicológicos, emocionales y sociales. La autonomía del paciente debe prevalecer sobre cualquier criterio clínico, pudiendo aceptar o rechazar un tratamiento y debemos respetarlo. Por tanto, la medicina de familia es esencial, no solo por ser los únicos que acompañan al paciente en todas las etapas de su vida, sino por estar presentes hasta el final, ofreciendo un apoyo integral y continuo. Este caso es un excelente ejemplo de la dedicación y la empatía que caracteriza a la medicina de familia, debido a que en estos momentos, la presencia y el cuidado son invaluables, aliviando el sufrimiento, proporcionando consuelo y mejor calidad de vida, aspectos a veces subestimados, pero esenciales.