En primer lugar, ante la sospecha de síntomas somáticos por malestar emocional, es clave dirigir la anamnesis hacia un entorno de confianza que promueva la expresión del paciente.

Una vez identificado el trastorno adaptativo citamos en una primera consulta programada con el objetivo de ofrecer tiempo de escucha para volcar sus pensamientos.

Después creamos un plan de seguimiento que constará de 3 - 5 sesiones para un acompañamiento individualizado adaptado a sus habilidades emocionales y su entorno sociofamiliar.

En la mayoría de casos el resultado es satisfactorio llegando a la resolución del cuadro. Sin embargo, en aquellos pacientes en los que la terapia individualizada no es efectiva o se prolonga más de 6 meses podremos continuar derivando a terapias de grupo disponibles en muchos Centros de Salud, valorar inicio de tratamiento farmacológico antidepresivo o en determinados casos derivación al Equipo de Salud Mental.

Queremos destacar cómo la escucha activa ante problemas emocionales es de gran rentabilidad, sin suponer más tiempo que cualquier anamnesis y exploración en búsqueda de problemas orgánicos y consiguiendo un buen desarrollo del cuadro, sin prolongar el malestar del paciente y sin medicalizar con pruebas y en ocasiones tratamientos farmacológicos precoces, en procesos vitales que en su mayoría cursan con una evolución adecuada.

La gran ventaja de esta experiencia es su sencillez, la motivación por atender a los pacientes en todas sus perspectivas ha sido suficiente para su desarrollo. El tiempo dedicado no supone tiempo de más que para atender cualquier otra demanda y con la planificación del seguimiento es más que suficiente para tratar cualquier sospecha de trastorno adaptativo.