13-14-15 de noviembre de 2025
Lesiones faciales periorales persistentes y resistentes a tratamiento tópico.
Enfoque individual
Antecedentes personales: Hipotiroidismo y rosácea.
Anamnesis: Paciente femenina de 41 años con lesiones faciales persistentes desde hace seis meses. Las lesiones no son pruriginosas ni dolorosas y no han mejorado con corticosteroides tópicos. La aplicación de metronidazol tópico se asoció a empeoramiento de las lesiones, lo que sugiere exacerbación relacionada con el tratamiento. Ante la persistencia y resistencia terapéutica, se consideró dermatitis perioral (DP), condición frecuente en mujeres de mediana edad, especialmente con antecedentes de rosácea.
Exploración física: Se evidencian micropápulas eritematosas localizadas principalmente en la región perioral, sin signos de sobreinfección o pustulización. No se observa afectación de otras áreas faciales ni signos de acné vulgar o lupus eritematoso. La distribución y morfología de las lesiones apoyan el diagnóstico clínico de DP.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Diagnóstico diferencial: Se consideraron rosácea, acné vulgar, lupus eritematoso y psoriasis. Sin embargo, la localización característica, la ausencia de prurito y la morfología de las lesiones favorecen el diagnóstico de dermatitis perioral.
Tratamiento y planes de actuación
Tratamiento: Se inició ácido azelaico tópico al 15%, aplicando una dosis diaria por la noche sobre las lesiones.
Evolución
La paciente fue instruida para evitar exposición solar y el uso de cosméticos irritantes durante el tratamiento.Discusión: La dermatitis perioral es una enfermedad inflamatoria crónica que afecta principalmente a mujeres jóvenes y de mediana edad. Su aparición se relaciona con antecedentes de rosácea, uso prolongado de corticosteroides tópicos, factores hormonales o irritantes ambientales. Las lesiones características incluyen micropápulas y eritema en la región perioral, que en algunos casos puede extenderse a la zona periorbital. En mujeres, cambios hormonales asociados a menstruación o anticonceptivos orales pueden exacerbar la enfermedad. El tratamiento de elección incluye agentes tópicos como ácido azelaico, metronidazol o peróxido de benzoilo. En casos graves o refractarios, se pueden usar antibióticos sistémicos como doxiciclina.
Pronóstico: La DP tiene un curso crónico y recurrente, pero con tratamiento adecuado es posible mejorar significativamente la apariencia de las lesiones y reducir la inflamación. La adherencia terapéutica y la evitación de factores desencadenantes, como corticosteroides tópicos, son fundamentales para un manejo efectivo y la prevención de futuros brotes.