XX Jornadas de Residentes y II de Tutores de la semFYC - Madrid
26 y 27 de febrero de 2016
Atención Primaria
MRC es varón de 62 años, fumador de un puro al día y con un consumo previo de 80 paquetes al año. Trabaja como pintor industrial con disolventes. Antecedentes personales: HTA mal controlada, dislipemia, EPOC enfisematoso leve por el que sigue revisiones periódicas por Neumología, consumidor de AINE por cefalea crónica, hipoacusia neurosensorial bilateral con audífonos, hiperplasia benigna de próstata. Tratamiento: hidroclorotiazida-telmisartán, lorazepam, bromuro de tiotropio, salbutamol, fluticasona. En seguimiento por el médico de Atención Primaria (MAP) por mareo crónico. Se descarta su origen cardíaco y patología cardiovascular crónica, con pruebas funcionales y estructura cardíaca normal. Se completa el estudio con analítica, ecografía Doppler carotídea y TC craneal en la que se aprecia encefalopatía vascular de pequeño vaso; el resto es normal. En una consulta al MAP, el paciente refiere cérvico-dorsalgia solo en sedestación, sin más clínica asociada. Exploración física: buen estado general, buenas constantes; ACP: hipofonesis basal derecha ya conocida. En extremidades superiores: reflejos osteotedinosos 4/5, fuerza y sensibilidad 2/4. Resto normal. Rx de tórax: pérdida de volumen de hemitórax derecho, aumento de densidad del lóbulo superior derecho (LSD) que borra la silueta cardio-mediastínica e hilio. Elevación de diafragma derecho e hilio ipsilateral que desplaza anteriormente la cisura mayor y cranealmente la cisura menor. El lóbulo inferior derecho presenta mayor hiperlucencia. Hallazgos compatibles con atelectasia del LSD.
Ante los hallazgos, se deriva al paciente de manera urgente, pero dado que este se niega a ingresar, se le cita ambulatoriamente por Neumología para completar el estudio. Finalmente es diagnosticado de adenocarcinoma broncogénico estadio IV (T4N3M1B), metástasis ósea C6, adenopatías axilares y laterocervicales. Actualmente se encuentra en tratamiento paliativo (quimio-radioterapia) y presenta estabilidad clínica.
En Atención Primaria es habitual el paciente pluripatológico y politratado, ya estudiado, con el que es difícil estar alerta, y podemos equivocarnos, ya que es fácil que se solapen los síntomas. Es vital la exploración física y reconocer que si el paciente vuelve a la consulta puede haber una patología oculta que debemos diagnosticar.