XXXIX Congreso de la semFYC - Málaga
del 9 al 11 de mayo de 2019
Atención Primaria
Caso multidisciplinar
Prurito vaginal persistente
Enfoque individual
AP: Ex fumadora desde hace tres años. Trombocitosis Jak-2 positiva en seguimiento por hematología.
Anamnesis: Mujer de 44 años valorada por su ginecólogo de referencia en el último año y medio por presentar vulvovaginitis candidiásica (VVC) recurrente (≥4 episodios al año) con cultivo de frotis vaginal positivo para Candida albicans en dos ocasiones. Ha sido tratada con azoles tópicos y fluconazol via oral. Acude a su médica de familia por persistencia de prurito vaginal.
Exploración física: discreto enrojecimiento en zona perivaginal. Exudado normal.
Pruebas complementarias:
Exudado vaginal: Gran exudado genital. Flora de Döderlein conservada. Se observan leucocitos. Cultivo de frotis vaginal: Negativo para Tricomonas. Crecimiento muy abundante Candida glabrata
Analítica incluyendo serología VIH: sin alteraciones significativas.
Enfoque familiar y comunitario
Casada, vive con su marido y sus dos hijos. Buena relación familiar.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Vulvovaginitis por Candida glabrata
Tratamiento y planes de actuación
Se inicia tratamiento con un óvulo de ácido bórico 600 mg. (F.M.: fórmula magistral) cada 24 horas intravaginal durante 14 días a la noche y se repite el cultivo al finalizar el tratamiento.
Evolución
La paciente continúa con clínica no muy florida y de caracter intermitente persistiendo en el cultivo crecimiento abundante de Candida glabrata. Se deriva al servicio de infecciosas del hospital de referencia, quien tras realizar un antifungigrama del exudado vaginal, indica tratamiento con crema de flucitosina al 17% (F.M.) una aplicación a la noche durante dos semanas. Finalizado dicho tratamiento se repite cultivo con exudado negativo para C. glabrata.
Se ha demostrado que en pacientes con VVC recurrentes la presencia de especies no Candida albicans (NCA) es cada vez más frecuente, siendo Candida glabrata la más común. El uso de antimicóticos azólicos administrados tanto tópicamente como en pautas a dosis bajas mantenidas para tratar las vulvovaginitis por Candida albicans predisponen a las vulvovaginitis NCA lo que justifica su tasa de resistencia de hasta el 50% a este tipo de tratamientos. En nuestro país las opciones terapéuticas se basan en fórmulas magistrales. Por todo ello, es fundamental que la médica de familia conozca esta patología y sus opciones terapéuticas con el fin de garantizar su erradicación y mejorar la calidad de vida de esas mujeres.