XLIV Congreso de la semFYC - Barcelona
14-16 de noviembre de 2024
Describir las características de los usuarios de analgésicos para el dolor no oncológico en los Centros de Atención Primaria del 2007-2019.
Estudio observacional descriptivo utilizando una base de datos de atención primaria que recoge información clínica de > 5,8 millones de pacientes (75% de la población de la provincia). Todos los ≥ 18 años, con ≥ 365 días de seguimiento previo y una primera dispensación de analgésicos no antiinflamatorios, antiinflamatorios no esteroideos (AINES), opioides débiles y fuertes fueron incluidos. Exclusiones: cáncer, traumatismo, cirugía mayor o uso previo de cualquier analgésico. Se recogió información sociodemográfica, de comorbilidades y nivel socioeconómico. Análisis estadístico: análisis descriptivo de las variables según su tipo y distribución.
Un total de 1.306.277 pacientes iniciaron paracetamol/metamizol, 1.783.188 iniciaron AINE, 106.853 iniciaron tramadol/codeína, 3.042 iniciaron morfina y 9.181 iniciaron fentanilo. La mayoría de los sujetos eran mujeres (51,9%) que iniciaron fentanilo (65,8%). Aquellos que iniciaron opioides fuertes eran de mayor edad (mediana de 79 años [Rango intercuartílico (RI), 68,4-86,1] para morfina y de 75 años [RI, 59,7-82,9] para fentanilo) y presentaban más comorbilidades crónicas en comparación con el resto de los sujetos que iniciaron otros analgésicos. Comparados con fentanilo, los pacientes que iniciaron morfina presentaron más frecuentemente un diagnóstico de enfermedad pulmonar crónica (8,6% versus 19.3%), enfermedad de Alzheimer (4,0% versus 14,2%), enfermedad de Parkinson (2,8% versus 5,0%) y enfermedad renal crónica (13,2% versus 16,9%). Los pacientes de estratos menos deprimidos (U1) iniciaron morfina y fentanilo con mayor frecuencia (28,3% y 21,6% respectivamente), en comparación con los usuarios de estratos más deprimidos (U5) (14,4% y 17,5%)
Los opioides fuertes son frecuentemente iniciados en sujetos de edad avanzada y con peor estado de salud. Existen diferencias en la dispensación de opioides fuertes por género y estatus socioeconómico que deberían ser analizados en futuros estudios.