XXXVI Congreso de la semFYC – A Coruña
del 9 al 11 de junio 2016
Servicios de Urgencias.
Caso multidisciplinar.
Dolor e inflamación en rodilla derecha.
Enfoque individual
Paciente de 24 años, profesor de educación infantil, actualmente trabajando como interino en Madrid.
No hábitos tóxicos ni enfermedades de interés.
Acude a consulta por dolor e inflamación de rodilla derecha desde hace semanas, que ha ido en aumento. Lo atribuye a pasar mucho tiempo de pie en clase con los alumnos. No otra clínica.
Exploración: rodilla edematosa, dolo generalizado, más intenso en hueco poplíteo.
Enfoque familiar
El paciente vivía en medio semiurbano, con sus padres, en una comunidad autónoma, pero tras meses de paro consigue trabajo como interino al aprobar una oposición en Madrid, donde vive ahora.
Desarrollo
Se realiza artrocentesis en centro de salud, con la sospecha clíncia de quiste de Baker.
Durante meses el paciente siente molestias fluctuantes, relacionadas con el esfuerzo. Tras ese periodo, vuelve a acudir por nuevo episodio de derrame articular. Se deriva al hospital para valoración por traumatología y realización de pruebas complementarias.
Se realiza ecografía y se repite artrocentesis, con el diagnóstico probable de quiste de Baker, confirmado por RMN. Se realiza artroscopia programada dado el importante tamaño del mismo.
El resultado de la anatomía patológica es de Sinovitis Villonodular Pigmentada.
Tratamiento
El tratamiento inicial es la intervención quirúrgica, pero se informa al paciente de que es más que probable la recidiva y la necesidad de nueva intervención, además de la posibilidad de realizar tratamiento con radioterapia local.
En ese periodo de tiempo, el paciente puede seguir trabajando ya que se programa la operación adecuándola al calendario escolar.
Evolución
Tras la primera intervención, el paciente presenta una evolución satisfactoria, aunque tras unos meses sufre nuevo episodio de derrame articular, y tiene programada nueva intervención.
Esta enfermedad supone una situación estresante para el paciente que la sufre, ante la ausencia de solución definitiva en muchos casos, con importante repercusión en la vida social y labroral del paciente. El papel del médico de familia es fundamental en este sentido, apoyando e informando al paciente y su familia: el médico debe formarse en cuanto a este tipo de patologías poco frecuentes para poder brindar ese apoyo, a pesar de que el tratamiento definitivo corresponda al traumatólogo.