Acercamiento a una población con perfil distinto, idiomas diversos, necesidades diferentes y menor acceso a los servicios sanitarios. Aumentar la comprensión de las causas sociales y culturales como determinantes de salud. Desarrollar capacidades específicas asistiendo grados de urgencia diferentes en patologías diversas. Vivir con alto grado de incertidumbre al manejar al paciente con escasos recursos. Mejorar el ojo clínico en un entorno con escasez de pruebas complementarias que soporten el diagnóstico. Participar en actividades de formación y educación para la salud.

Durante octubre y noviembre 2018 realicé mi rotatorio externo en un centro de salud aislado asociado al hospital de Cayena situado en una comuna de la selva amazónica al suroeste de la Guayana Francesa, con una superficie de 18360 km, 13717 habitante y una gran variabilidad de etnias (Alukus, Indios Americanos, Criollos, Haitianos, Brasileños,...). Un equipo de tres médicos, varios enfermeros y dos matronas atendíamos consultas de medicina general, pediatría, infecciosas, ginecología,… así como urgencias 24 horas. Contábamos con una sala de vitales con material de urgencia y reanimación y acceso telefónico y telemático con el SAMUR y médicos especialistas para consultas. El difícil acceso (tan solo por aire o por piragua) hacía complicado el traslado de los pacientes graves a la capital en helicóptero.

Ha sido una experiencia única donde he desarrollado habilidades hasta el momento desconocidas, debido al aislamiento y falta de recursos y de la que destaco a un equipo ejemplar de profesionales con el que he aprendido a trabajar en red y a disfrutar de la medicina rural. A su vez, me ha hecho valorar muy positivamente el sistema en el que trabajamos en España.

En mi práctica clínica ha sido muy positiva para aprender a manejar la incertidumbre, potenciar las relaciones con otras culturas aprendiendo a entender, respetar a todos los pacientes.