atención primaria

Paciente mujer de 92 años que acude al centro a realizarse extracción analítica para control rutinario. Tras varios intentos de realizarla con el consiguiente dolor y yatrogenia hacia la paciente no se consigue. A la salida, presenta lipotimia en la sala de espera del ambulatorio

Enfoque individual

-Antecedentes personales: HTA, Gastritis crónica, tendinitis calcificante de hombro, síndrome de colon irritable, hernia de hiato, insomnio.

- Anamnesis: Paciente de 92 años que presenta sensación de mareo y debilidad, sin pérdida de conciencia,  en la sala de espera del CAP tras intentar realizarse extracción analítica dolorosa, sin éxito. No ha llegado a presentar caída al suelo porque la han cogido los acompañantes.

- Exploración: C y O. Palidez cutánea. PA: 175/99 mmHg FC 81 x’. AC: tonos rítmicos, no soplos. AR: mvc sin ruidos sobreañadidos. Neur: PC conservados, pupilas isocóricas normoreactivas, campimetría por confrontación dentro de la normalidad, no dismetría, romberg negativo, no nistagmus. Tapón de cerumen en OD.

- Pruebas complementarias: ECG: RS a 68 x’ eje a 0º, sin alteraciones en la repolarización. BMTest: 85.

Enfoque familiar

Vive con su hijo y su nuera. Parcialmente dependiente para las actividades de la vida diaria. Buen apoyo familiar y social. 

Desarrollo

-  Juicio clínico: Lipotimia secundaria al dolor

- diagnóstico diferencial: sincope, epilepsia, Alteraciones metabólicas como hipoglucemia o hiperventilación con hipocapnia, Accidente isquémico transitorio vertebrobasilar, intoxicaciones, Caidas inexplicadas, cataplexia, síncope psicogénico,…

Tratamiento

- planes de actuación: control de las constantes y realización de una exploración clínica para la realización de un buen diagnóstico diferencial

Evolución

Tras una exploración correcta y después que la  paciente mejorara su ansiedad por lo sucedido se procedió al alta.

-          Deberíamos plantearnos si los controles analíticos que realizamos a nuestros paciente ancianos sanos tienen que ser ilimitados. 

-        Muchas veces nos empeñamos en realizar pruebas innecesarias a pacientes mayores, hecho cuestionable desde un punto de vista ético, ya que podemos causar más iatrogenia que beneficios