XLII Congreso de la semFYC - Sevilla
del 30 de junio al 2 de junio de 2022
Enfoque individual
Paciente varón de 77 años con antecedentes de hipertensión arterial y dislipemia. Hace 3 meses acudió por dolor y debilidad progresiva en cintura escapular. Se orientó como probable polimialgia reumática (PMR) y se inició prueba terapéutica con corticoides, con una clara mejoría clínica. Dada la buena evolución, se inicia una lenta pauta descendente de corticoides.
Coincidiendo con la retirada del tratamiento, el paciente inicia dolor centrotorácico que define como punzante y que aumenta con la inspiración. La exploración física es anodina y el electrocardiograma (ECG) sin alteraciones agudas. En ausencia de signos de patología aguda indicamos analgesia y control evolutivo.
El paciente reconsulta a los pocos días por aumento progresivo del dolor, que se ha hecho constante, opresivo, y sin mejoría con paracetamol. La exploración física sigue siendo anodina, y en el ECG aparecen ondas T negativas en DIII.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Ante esta situación nos planteamos descartar un síndrome coronario agudo, de forma urgente. Otras patologías a tener en cuenta podrían ser un tromboembolismo pulmonar, neumonía, pericarditis, dolor mecánico o ansiedad.
Tratamiento y planes de actuación
Decidimos derivar el paciente a urgencias de nuestro hospital de referencia. A su llegada se le realiza una analítica sanguínea donde destaca leucocitosis y elevación de reactantes de fase aguda, y una radiografía de tórax, donde se observa cardiomegalia. Se le realiza ecocardiografía clínica a pie de cama que muestra derrame pericárdico moderado sin signos de taponamiento.
Se orienta como pericarditis aguda con derrame pericárdico y se reinstaura tratamiento con corticoides a dosis altas y analgesia.
Evolución
El paciente evoluciona favorablemente presentando una rápida mejoría de los síntomas. En las visitas de control se encuentra asintomático y presenta un ECG normal.La cronología y la rápida respuesta al tratamiento nos sugieren que la pericarditis podría ser secundaria a PMR. Aunque las enfermedades autoinflamatorias en general son causa frecuente de pericarditis, la PMR raramente tiene esta presentación. Este caso nos recuerda que las enfermedades inflamatorias pueden tener efectos en múltiples sistemas del organismo, por lo que tienen que estar presentes en nuestro diagnóstico diferencial.