XLIV Congreso de la semFYC - Barcelona
14-16 de noviembre de 2024
En consulta a menudo atendemos conjuntamente a parejas especialmente de ancianos, cada uno con sus patologías, que suelen mostrarse funcionales a pesar de las limitaciones, siendo capaces de manejar sin problemas la medicación habitual, las visitas y pruebas con especialistas, etc.
Tendemos a realizar visitas conjuntas y valorar la funcionalidad y la independencia de ambas personas como una unidad, sin reparar en las limitaciones individuales ni ser conscientes que uno de los cónyuges suele ser el cuidador/a principal.
Esto es un hecho que suele pasar desapercibido tanto para familiares como para sanitarios, ya que se suele ver la pareja como un todo, sin llegar a identificar la carga del cuidador ni las limitaciones del cónyuge dependiente.
En nuestra experiencia hemos detectado que, ante la falta de este cuidador principal no identificado previamente, se pone de manifiesto de manera abrupta la dependencia del otro cónyuge, encontrándose en muchas ocasiones en situaciones de vulnerabilidad debido a la falta de previsión de su situación basal, generándose a su vez, una posible crisis familiar y social.
En ocasiones hemos llegado a identificar algunas demencias incipientes y/o moderadas que habían pasado desapercibidas con anterioridad.
Cada vez nuestra población se encuentra más envejecida y precisa más servicios sociales, por lo que el trabajo multidisciplinar en Atención Primaria permite mantener una atención de calidad y así evitar complicaciones por pérdida de continuidad asistencial.
Por ello, a los pacientes que acuden a consulta en pareja deberíamos poder identificar, de forma precoz, quién de los dos es el cuidador principal (si existe) y quién el cónyuge dependiente, y así iniciar los estudios necesarios y vincular con Servicios Sociales para agilizar los trámites administrativos que requieran.