Proporcionar las habilidades necesarias a la persona cuidadora para mejorar la calidad de vida de la persona dependiente y, al mismo tiempo, facilitar herramientas que le permitan vivir positivamente la experiencia de cuidar.

La responsabilidad de cuidar a una persona dependiente puede ocasionar agotamiento físico y emocional más o menos continuado, por tanto para proporcionar a la persona con dependencia una atención óptima, es necesario que la persona cuidadora no profesional mantenga su equilibrio personal y reciba soporte para llevar a cabo los cuidados en las mejores condiciones posibles.

Fueron los profesionales de Salud o Servicios Sociales quienes prescribieron a las personas o familias en situación de claudicación o agotamiento a participar en «Cuidémonos para Cuidar». Cada UBA sugirió a aquellos cuidadores no profesionales de PCC con un resultado en escala ZARIT de > 46.

Las sesiones eran cada jueves de 15:30 h a 17 h, con una duración de 14 semanas. Eran sesiones grupales impartidas por diferentes profesionales, según el tema a tratar. Participaron psicólogo, fisioterapeuta, enfermera, médico, nutricionista, higienista dental, trabajador social, personal de atención a la ciudadanía y la referente de comunitaria. Se organizaron por módulos. Un primer módulo donde se trabajaron aspectos psicológicos y emocionales, y un segundo módulo que abarcaba diferentes ámbitos más socio-sanitarios como cuidados, higiene, alimentación, fisioterapia, aspectos sociales y legales. Además, entre estas sesiones se llevaron a cabo actividades de cohesión de grupo, hicimos dos talleres: uno de risoterapia y otro de arteterapia.

Estas sesiones y talleres fueron un espacio de encuentro y apoyo para estas personas cuidadoras.

Experiencia reproductible, fácil, económica. Programa aplicable tanto a nivel del centro de salud como a nivel de agente activo de la comunidad.