Fomentar la capacidad de resolución de problemas y uso racional de recursos del médico residente en un entorno rural.

Comparar la práctica asistencial de un medio rural con otros medios.

Mejorar las habilidades comunicativas con el paciente en un entorno más complejo.

Estancia en un pueblo de colinas de unos 3500 habitantes, repleto de urbanizaciones de no fácil acceso y en el que el ambulatorio dispone de un solo médico de familia, una enfermera y una administrativa.

Las tareas que lleve a cabo fueron las mismas que en cualquier otra consulta de atención primaria. La diferencia radicó en que no hay analíticas todos los días, y que las exploraciones complementarias se realizan a 10 km de distancia. Esto fomento en mí, más el seguimiento clínico del paciente y el sentido común por encima de todo.

A mi sorpresa vi que los pacientes rurales tienen una mayor adhesión a los tratamientos y cumplimiento de planes terapéuticos, pudiendo romper con ciertos estereotipos.

El enfrentarse a situaciones clínicas o entornos que no disponen de tantos recursos, mejora el aprendizaje del médico residente en el uso más racional de exploraciones complementarias, resolución de problemas y fomenta el trabajo en equipo.

En la consulta de medicina de familia rural, se aplica la misma sistemática de trabajo basada en la anamnesis y exploración física que en cualquier otro medio, por lo que es extrapolable.

Se consolida una relación médico-paciente, más cercana y de confianza.

1. Es importante conocer el mundo rural con sus limitaciones en nuestra formación, además de saber adaptarnos a todos los escenarios clínicos posibles.
2. Razonar sobre el uso adecuado de exploraciones complementarias, ya que no siempre son igual de accesibles
3. Es útil trabajar la relación médico-paciente, y el trabajo en equipo en cualquier medio.