III Congreso de Residentes, JMF, Tutores y Unidades Docentes de la semFYC
6-7 de junio de 2025
Consulta de Atención Primaria.
Hombre de 68 años que consulta por aparición progresiva de unas manchas cutáneas en brazos y piernas que describe como picaduras.
Enfoque individual
No tiene antecedentes personales ni familiares de interés, no sigue tratamiento habitual y no presenta alergias conocidas. No consumo de tóxicos. El paciente relata que las lesiones comenzaron pareciendo picaduras pequeñas: pápulas sobreelevadas que, con el paso de los días, se extendieron y confluyeron formando placas de contorno anular, de color rojo intenso en sus bordes, afectando principalmente los antebrazos, la cara anterior de los muslos y el dorso de ambas manos, de forma simétrica y bilateral. No ha notado fiebre, no refiere prurito, ni dolor en la zona, tampoco ha tenido contacto con animales ni ha tomado medicación recientemente. Asintomático, no artralgias. Niega brotes similares anteriormente. Sí refiere exposición solar reciente.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Durante la exploración física, se constatan las lesiones descritas y, tras documentarlas fotográficamente con consentimiento, se plantea un diagnóstico diferencial que incluye eritema anular centrífugo, tiña corporis, psoriasis en placas y lupus cutáneo subagudo, siendo esta última la hipótesis más probable.
Se solicita analítica completa con serologías y estudio de autoinmunidad, así como indicar al paciente que realice fotografías cutáneas secuenciales posteriores.
Tratamiento y planes de actuación
Se realiza una consulta telemática con el servicio de dermatología, desde donde recomiendan iniciar tratamiento con corticoides tópicos en pauta descendente y derivar al paciente para seguimiento especializado. Posteriormente, en consulta dermatológica, se realiza biopsia cutánea. El resultado indica la presencia de una dermatitis linfocitaria superficial de predominio perivascular, hallazgo compatible con lupus cutáneo subagudo.
Evolución
Con el tratamiento instaurado, las lesiones han remitido y el paciente continúa en seguimiento compartido entre Atención Primaria y dermatología.
Este caso pone de manifiesto la importancia de una buena anamnesis dermatológica en Atención Primaria: registrar el inicio, evolución, características de las lesiones y síntomas asociados. Es crucial complementar la valoración clínica con analítica de autoinmunidad, serologías y, si se dispone, dermatoscopia. El uso de fotografía clínica es una herramienta muy útil para el seguimiento de estas lesiones y facilita la comunicación entre niveles asistenciales.