Atención Primaria.

Sangrado uterino en mujer con amenorrea de 8 meses de evolución.

Enfoque individual

Mujer de 33 años. Síndrome de ovario poliquístico (SOP). Baches amenorreicos frecuentes (actual de 8 meses). Deseo genésico con pareja actual 4 años sin éxito. Acude angustiada por manchado menor que regla 10 días antes de consultar, molestias hipogástricas, tensión mamaria y ante la sospecha un test gestacional dudoso. 

Hallazgos ecográficos

Ecografía inicial: posible implantación de embrión sin lograr visualizar latido fetal (LF) (imagen 1). Imagen compatible con saco vitelino. Ovario izquierdo de 72 mm con numerosas imágenes quísticas (imagen 2).  Ecografía 7 días después: saco gestacional de 46 mm (imagen 3). Embrión con LF presente (130 lpm) (imagen 4). Saco gestacional de 46 mm compatible con semana 9+5.  Saco vitelino presente. Sin datos de hematoma retrocorial o signos compatibles con pérdida precoz de la gestación.  

Pruebas complementarias

bHCG seriada (confirmatoria). Ecografía vaginal de primer trimestre por Ginecología: confirma nuestra datación. 

Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas

Gestación evolutiva sin datos sugestivos de riesgo de pérdida precoz de la gestación.

Tratamiento y planes de actuación

La ecografía permitió reajustar las pruebas complementarias habituales a los datos de la ecografía en lugar de basarnos en una menstruación ausente. Ante la tensión inicial de la paciente, la noticia transmitida en un ambiente de sosiego y calidez por su MF al poder visualizar con certeza la gestación supuso una doble recompensa tanto por la buena noticia como por el refuerzo de la relación médico-paciente al dar un diagnóstico preciso de la situación del embarazo que confirmó posteriormente Ginecología.

Evolución

El habitual en el embarazo.

La ecografía obstétrica mediante sonda abdominal permite al MF: Confirmar una posible gestación ante baches amenorreicos prolongados y dar buena aproximación de la datación fetal y descartar los principales signos ecográficos de alarma. Reducir así la incertidumbre de la paciente y ajustar de forma más precisa los protocolos habituales del embarazo. Adquirir mayor protagonismo en el inicio del embarazo permitiendo confirmarlo como nunca hasta ahora, con una potencial carga emocional que refuerce la relación médico-paciente. Resulta fundamental  por ello el compromiso de aprender a identificar los datos que confirman una gestación evolutiva y los potenciales signos de alarma.