Enfoque individual
Mujer de 28 años sin antecedentes personales relevantes que consulta por cambio de coloración en la uña del segundo dedo de la mano derecha describiéndolo como "una línea marrón" de al menos un año de evolución que inicialmente relacionó con posible infección fúngica realizando tratamiento con medidas hingiénicas y antifúngicos tópicos. Niega traumatismos. No dolor. No presenta lesiones similares en resto de uñas de manos y pies; ni lesiones nuevas en la piel. No refiere sintomatología sistémica acompañante.
A la exploración se aprecia en la localización descrita; lesión única longitudinal de coloración marronácea homogénea que abarca desde matriz ungueal hasta región más distal a lo largo de toda la lámina ungueal, con bordes perfectamente definidos. No lesiones satélites. No se aprecia pitequeado ungueal ni aspecto de "mancha de aceite".
Enfoque familiar y comunitario
Niega antecedentes familiares de interés.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
JUICIO CLINICO: Melanoniquia longitudinal
DIAGNOSTICO DIFERENCIAL: Onicomicosis, hematoma ungueal secundario a traumatismo, afectación ungueal por liquen plano, melanoma, lesiones ungueales sugestivas de patología sistémica como psoriasis, etc
Tras consultar con otros profesionales sanitarios, no se plantean problemas en el presente.
Tratamiento y planes de actuación
Se trata de una lesión ungueal que inicialmente podría haber recordado a una onicomicosis, no obstante y dado el tiempo de evolución sin ningún tipo de mejoría a pesar de tratamiento es indispensable la realización de un adecuado diagnóstico diferencial y, en caso de duda, derivar a dermatología para valoración especializada.
De este modo y tras diagnóstico, se explica a la paciente que se trata de una patología benigna que no requiere actuación ni tratamiento excepto vigilancia estrecha.
Evolución
Actualmente la paciente se encuentra asintomática y sin cambios.
Este tipo de casos clínicos pone de manifiesto, una vez más, lo indispensable de una buena observación y valoración integral del paciente que, aunque consulta por una lesión localizada, ésta pudiera corresponder a signos precoces de patologías sistémicas que pudieran pasar desapercibidas. Asimismo recuerda que, aunque habitualmente hay que enfrentarse a los diferentes motivos de consulta asumiendo lo más frecuente; no se puede perder de vista la individualidad y la posibilidad de enfrentarnos a un caso más excepcional.