XXXVII Congreso de la semFYC – Madrid
del 4 al 6 de mayo 2017
Atención primaria.
Caso multidisciplinar.
Agravamiento de su deterioro cognitivo basal.
Enfoque individual
Antecedentes personales: mujer de 73 años, exfumadora, diabética, hiperlipemia, osteoartrosis. Deterioro cognitivo cortico-subcortical leve. No antecedentes de enfermedades de transmisión sexual. Histerectomizada.
Anamnesis: hasta hace unos meses en seguimiento por la consulta de neurogeritría de hospital privado, por deterioro cognitivo. Su hija refiere, alucinaciones visuales, deterioro de la memoria reciente, apatía, desinterés, alteraciones conductuales obsesivas con el baño y el agua. No confunde familiares. Irritabilidad ocasional, no agitación ni agresividad.
Exploración: alerta, colaboradora, estable hemodinámicamente, sin focalidad neurológica. Desorientación temporal, no espacial.
MEC de Lobo: 24/35; Test del reloj: 7 puntos.
Pruebas complementarias: tiene realizado TC craneal: atrofica y arteriopatía de pequeño vaso. Analítica con serología positiva para lues: RPR +, FTA-ABS +, Ac treponémicos IgG +. VIH negativo.
Enfoque familiar
Mujer de 73 años, IABVD, controla pequeñas cantidades de dinero, aunque no medicación. Desde hace dos años vive con su hija que trabaja como enfermera.
Viuda, tiene 4 hijos.
Reconoce a familiares, mantiene buena relación con ellos.
Desarrollo
Juicio clínico: deterioro cognitivo de perfil cortico-subcortical grado leve. Sospecha de neurosífilis.
Diagnóstico diferencial: Alzheimer, demencia vascular, Enfermedad por cuerpos de Lewi.
Tratamiento
Tratamiento: se aumenta quetiapina a 25 mg cada 12 horas. Donepezilo 10 mg cada 24 horas.
Planes de actuación: se deriva a consulta de Neurología, para confirmación de diagnóstico y seguimiento de la paciente.
Evolución
En la consulta de neurología, se completa estudio, se realiza examen de LCR con VDRL negativo, lo que no descarta el diagnóstico.
Se pauta tratamiento con Penicilina Benzatina 1,2 millones de unidades diarias por 10 días. Posteriormente Benzetacil 2.4 millones de unidades semanales durante 3 semanas.
La baja incidencia actual de la neurosífilis es la responsable de que con frecuencia, no se incluya a este trastorno en el diagnóstico diferencial de las demencias. Además, en la historia clínica de los ancianos, no suelen estar registrados, los antecedentes de ETS ni sus hábitos sexuales, por lo que el diagnóstico es difícil.
Sería, por tanto, conveniente descartar esta enfermedad ante todo cuadro neurológico no filiado de demencia.