Atención Primaria.

Caso multidisciplinar.

Úlcera maleolar de evolución tórpida.

Enfoque individual

Mujer de 48 años, con antecedentes de esclerosis múltiple e hipotiroidismo, que presenta lesiones tróficas en extremidades inferiores desde 2012 (diagnosticada de acrosíndrome trófico por Cirugía Vascular). Tras múltiples tratamientos locales (curas) en la Consulta de Enfermería de Cirugía Plástica y varios ciclos de antibioterapia oral durante los últimos 6 años, persiste herida ulcerada muy dolorosa (EVA 10), de mala evolución, desvitalizada, con signos de infección (cultivos positivos) en maléolo externo derecho. La zona perilesional presenta aspecto cianótico.

En nueva anamnesis (hospital) se recoge que es fumadora de 60 cigarrillos/día, factor de riesgo no identificado con anterioridad. Se contacta con Atención Primaria para inclusión de la paciente en el Programa de Deshabituación Tabáquica de un centro de salud de Cáceres.

Enfoque familiar y comunitario

No procede.

Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas

Fumadora activa, con alta dependencia, muy motivada para la acción. Índice paquetes/año: > 75, Tests: Fagerström 9, Richmond 10. Cooximetría: CO 33 ppm, CarboxiHb 5,91%.

Úlceras crónicas en extremidades inferiores de origen vascular con evolución tórpida.

Tratamiento y planes de actuación

Se incluye a la paciente en el Programa de Deshabituación Tabáquica del centro de salud, intervención que resulta exitosa (cese completo del consumo de tabaco), mientras sigue con las curas en la Consulta de Enfermería de Cirugía Plástica (hospital).

Evolución

Tras años de evolución desfavorable, la herida se resuelve en 4 meses, aplicando curas sépticas, retirando biofilm y mejorando visiblemente la vascularización de la zona.

Muy probablemente, la deshabituación tabáquica ha sido ha sido el factor determinante para mejorar la vascularización de las partes acras, donde se localizaba la herida, y favorecer la curación completa de una lesión crónica muy dolorosa e incapacitante, aportando con ello una sensible mejora en la calidad de vida de la paciente, junto a la importante disminución del riesgo de desarrollar otras enfermedades, por el hecho de dejar de fumar.

Este caso muestra asimismo que el trabajo interdisciplinar, con profesionales del ámbito hospitalario, puede incrementar la efectividad de buena parte de nuestras intervenciones.