13-14-15 de noviembre de 2025
Varón de 50 años con adenocarcinoma pulmonar en estadio avanzado.
Enfoque individual
Dado la fase de su enfermedad, estaba a tratamiento con morfina y midazolam por vía subcutánea a través de una bomba. En una visita domiciliaria, expresó que su deseo en esta etapa final era permanecer despierto y lúcido durante el día para compartir tiempo con su familia.
Su situación generaba episodios de desasosiego, dolor intenso y/o disnea que dificultaban este deseo por los efectos adversos de la medicación. El reto consistía en equilibrar el control de síntomas refractarios con el mantenimiento del estado de alerta que el paciente valoraba por encima de todo.
Enfoque familiar y comunitario
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
El principal dilema fue ético:
¿Priorizar el confort físico o la lucidez mental cuando no pueden alcanzarse plenamente ambos objetivos?
Conociendo la voluntad del paciente; ¿Hasta qué punto era ético reducir los analgésicos o sedantes sabiendo que podría experimentar algo más de sufrimiento físico, si eso le permitía estar consciente?
Tratamiento y planes de actuación
Se optó por intervalos más espaciados con dosis de rescate, así se minimizó la sedación sin comprometer en exceso el control de síntomas, respetando la voluntad del paciente.
Se involucró activamente a la familia y al paciente en la toma de decisiones, explicándoles los posibles efectos de cada ajuste.
Evolución
Gracias al ajuste terapéutico, apoyo y acompañamiento emocional, el paciente pudo permanecer más horas despierto, como quería, controlando aceptablemente los síntomas. Todos expresaron agradecimiento por respetar y apoyar su decisión. El paciente compartió varios días de convivencia con su nieto, algo que valoró profundamente.
La autonomía del paciente debe guiar la toma de decisiones en cualquier etapa de su vida, incluso cuando ello implique tolerar cierto grado de sufrimiento físico.
Respetando el principio de beneficencia, aunque no se controló de forma absoluta el dolor, el beneficio emocional y relacional de poder compartir tiempo con su familia superó las molestias físicas.
Nuestro papel es clave en el acompañamiento tanto del paciente como de su entorno, y en la toma compartida de decisiones.
Finalmente; “hacer menos” desde lo clínico puede ser “hacer más” desde lo humano, cuando se respeta lo que el paciente quiere.