Crear y desarrollar una asociación entre un médico de familia y una enfermera delegada en salud pública como equipo de Atención Primaria al servicio del paciente en un consultorio individual rural.

Creación de un puesto de enfermera delegada en salud pública como parte del equipo de atención primaria en un consultorio individual rural, trabajando una nueva forma de cooperación médico-enfermera que recentra sus intervenciones en la educación y la prevención, ofreciendo educación terapéutica personalizada, empoderamiento, y una mejora de la atención mediante diálogo y seguimiento regular.

Se atienden, entre otros, a pacientes afectados por diabetes, riesgo cardiovascular, EPOC o asma, trastornos cognitivos, etc. Se ofrece ayuda para dejar de fumar o de consumir alcohol, detección temprana y apoyo al sobrepeso, etc.

La separación de las actividades de salud pública en una persona con dedicación exclusiva permite amplificar su impacto al no competir con tareas asistenciales.

El trabajo en trinomio médico-enfermera-paciente permite optimizar la ayuda para vivir con la enfermedad, tomarse el tiempo de escuchar y responder a todas las preguntas, y garantizar un seguimiento fuerte de los cuidados prodigados.

En 2008 el Instituto de Investigación y Documentación en Economía de la Salud evaluó el impacto benéfico de esta colaboración sobre el paciente diabético. En 2009 el Conservatorio Nacional de las Artes y los Oficios mostró incluso una economía del 10% en enfermedades crónicas.

Esta experiencia, tanto por planteamiento como por resultados, es de especial interés para el conjunto de médicos de familia y para la organización sanitaria en su conjunto. Y aunque resulte novedosa en lo organizativo y asistencial, su replicación es fundamentalmente dependiente de la voluntad político-sanitaria, ya que es ante todo un trabajo de equipo entre profesionales de salud ya existentes en los centros de salud, donde un eventual coste es rápidamente compensado por la mejora en salud.