Atención Primaria.
Dolor en flanco izquierdo de tres años.
Enfoque individual
Hombre de 73 años, ingeniero de profesión, que al jubilarse hiperfrecuenta la consulta por pequeños problemas de salud con magnificación de éstos.
En 2019, consultó por dolor en flanco izquierdo y estreñimiento sin síndrome tóxico. A la exploración, abdomen anodino. Se realizaron analítica sanguínea y sangre oculta en heces que resultaron normales. Por persistencia del dolor a pesar de medidas dietéticas, se realizó colonoscopia sin hallazgos, así como ecografía de abdomen con esteatosis hepática conocida y TC abdominal únicamente con hemangiomas hepáticos. Reconsultó en múltiples ocasiones a su médico de cabecera y en urgencias de su centro de salud igualmente sin hallazgos.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Tras repetir estudios analíticos, descartar efectos secundarios de fármacos y ofrecer recomendaciones dietéticas, se decidió la valoración por Digestivo.
Tratamiento y planes de actuación
El paciente realizó seguimiento conjunto entre Digestología y Atención Primaria, realizando múltiples tratamientos con antiespasmódicos y procinéticos con persistencia del dolor.
Ante la ausencia de mejoría sintomática, se intentó transmitir al paciente la normalidad orgánica y la posibilidad de somatización con negativa por su parte.
El dolor persistente empeoró la adherencia a los tratamientos prescritos y disminuyó la confianza entre médico-paciente, desembocando esto en una situación de conflicto. Ante esta circunstancia, se revisó el caso y se optó por citar al paciente para repasar cronológicamente junto con él los estudios y tratamientos realizados hasta entonces, y así facilitar la comprensión del problema y elaborar conjuntamente una hoja de ruta de acción.
Evolución
Posteriormente a dicha actuación, las visitas se han espaciado y ha habido un cambio de discurso y actitud respecto al dolor en estudio.
Los casos en los que no se cumplen las expectativas esperadas por el paciente suponen una hiperfrecuentación en consulta y pueden resultar un reto asistencial. Generan frustración a paciente y profesional, conllevan una minimización de los problemas explicados por el paciente y la realización de pruebas complementarias no indicadas.
Redirigir estas situaciones implica por parte del profesional una revisión periódica del caso que promueva nuevos enfoques, garantizar un acompañamiento humanizado y fomentar el empoderamiento del paciente, haciéndolo partícipe de la toma de decisiones, por tal de ejercer corresponsabilidad en el manejo de su salud.