ÁMBITO DEL CASO
Atención Primaria.
MOTIVO DE CONSULTA
Mujer de 67 años que consulta por deposiciones diarreicas (4-5 al día, alguna nocturna), abundantes y mucosas de 1 mes de evolución, asociadas a molestias abdominales leves. La paciente había precisado varias tandas de antibiótico por infecciones urinarias de repetición en los últimos 2 meses.
HISTORIA CLÍNICA
Enfoque individual
Antecedentes personales: NAMC. Hipertensión arterial tratada con IECA y artritis reumatoide, actualmente con prednisona 5 mg.
Exploración física: buen estado general y en la exploración se observa leve palidez cutánea y molestias abdominales difusas a la palpación profunda sin signos de irritación peritoneal.
Pruebas complementarias: se solicita analítica para el día siguiente, donde se objetiva leucocitosis (17.500/mm3) y anemia no conocida (Hb 10,6 g/dl), así como elevación de RFA (PCR 142). Acude a ver resultados a los 5 días, presenta empeoramiento clínico con un aumento del número de deposiciones (6-7) y signos de deshidratación de mucosas. Exploración abdominal similar.
Enfoque familiar
Buen apoyo familiar.
Diagnóstico diferencial
Colitis pseudomembranosa. Diarrea infecciosa (Salmonella / C. perfringens). Brote de enfermedad inflamatoria intestinal.
Tratamiento
Se decide derivar a los Servicio de Urgencias del hospital de referencia para valoración. Es ingresada en el Servicio de Digestivo e inicia tratamiento endovenoso.
Evolución
El examen de heces confirma el diagnóstico. Presenta inicialmente una evolución tórpida con varios tratamientos endovenosos y dos recurrencias, por lo que se prolonga su estancia en el hospital durante 5 meses. Finalmente se realiza trasplante fecal con evolución satisfactoria y recibe el alta a domicilio a las 2 semanas.
CONCLUSIONES
La diarrea por Clostridium difficile es poco frecuente en pacientes ambulatorios, aunque su incidencia extrahospitalaria ha aumentado en los últimos años. Los ingresos prolongados, la inmunosupresión y la terapia antibiótica favorecen esta situación. Por eso es importante el uso adecuado y responsable de la antibioterapia, tanto por la creación de resistencias bacterianas a largo plazo como por los efectos inmediatos de un mal uso. Hay que tomar conciencia y prescribirlos cuando estén indicados, ya que los médicos de Medicina de Familia y Comunitaria tenemos acceso a un mayor número de enfermos, pues somos la puerta de entrada del sistema sanitario y realizamos una atención temprana de los pacientes.