XLIV Congreso de la semFYC - Barcelona
14-16 de noviembre de 2024
Enfoque individual
Historia de infecciones de transmisión sexual por prácticas sexuales de riesgo: proctitis (rectorragia + tenesmo rectal) tratada con ceftriaxona y azitromicina por sospecha de clamidia tras contacto sexual con afectado de linfogranuloma venereo, hepatitis A, sífilis secundaria tratada con penicilina y viruela del mono.
Consulta por diarrea de 3 semanas de evolución, orientado inicialmente como gastroenteritis aguda, pero que actualmente asocia rectorragia y tenesmo rectal. Exploración abdominal y tacto rectal sin alteraciones.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Dados los antecedentes se sospecha proctitis infecciosa versus lesión rectal por virus papiloma (VPH). En Atención Primaria no disponemos de test VPH de alto riesgo ni anoscopia, por lo que solicitamos colonoscopia.
Tratamiento y planes de actuación
La colonoscopia muestra hemorroides internas y aftas rectales, de donde se obtienen biopsias. Se alerta al médico de familia de presencia de espiroquetas y alteraciones sugestivas de infección por Chlamydia trachomatis que precisan confirmación con PCR rectal.
La presencia de espiroquetas en mucosa intestinal generó dudas de reinfección por sífilis. Tras revisión bibliográfica y consulta con servicio de infecciosas de referencia solicitamos serología de infecciones de trasmisión sexual y PCR rectal para sífilis, chlamydia y gonococo.
Evolución
La PCR fue positiva a C.Trachomatis serotipo LGV (L1-L3), recibió tratamiento con doxiciclina 100 mg/12 h 21 días con mejoría de la diarrea, rectorragia y tenesmo rectal.
La afectación intestinal por sífilis se manifiesta como inflamación granulomatosa característica del chancro, diferente del hallazgo anatomopatológico. Los títulos RPR se mantuvieron estables, desestimando la reinfección.
Por último, la espiroquetosis intestinal humana está provocada por la invasión de dos tipos de espiroquetes: Brachyspira pilosicoli y Brachyspira aalborgi. Puede provocar diarrea crónica, siendo habitualmente autolimitada. Se sospecha que fue un hallazgo sin relevancia clínica.
Las infecciones de trasmisión sexual pueden causar síntomas digestivos como rectorragia, alteración de ritmo deposicional y tenesmo rectal. Es necesario sospecharlas en pacientes con prácticas sexuales de riesgo para poder realizar el cribado y tratamiento adecuado. En caso de duda, la comunicación con el servicio de referencia es esencial para el correcto manejo de estos pacientes.