XXXVI Congreso de la semFYC – A Coruña
del 9 al 11 de junio 2016
Atención Primaria.
Caso multidisciplinar.
Diplopia.
Enfoque individual
Antecedentes personales: Enfermedad de Parkinson.
Anamnesis: Mujer de 76 años que acude por presentar diplopía al mirar a la izquierda, más acusada al atardecer de seis días de evolución. No otra clínica asociada. Paresia leve del VI par izquierdo detectada en Urgencias sin otros datos de interés. Empeoramiento progresivo de la diplopia, de evidente variación circadiana y empeorando a medida que pasa el día. En consulta se objetiva una ptosis palpebral izquierda de nueva aparición y se decide derivar a Neurología.
Exploración: Cover test: diplopía binocular. Exploración neurológica: diplopía con mirada forzada a la izquierda y ptosis palpebral ipsilateral, con pupilas normales y sin otras alteraciones. Resto de exploración anodina.
Pruebas complementarias: Analítica con hemograma y bioquímica normal. TAC craneal con signos de atrofia cerebral. Anticuerpos antinucleares negativos. Anticuerpos anti-receptor de acetilcolina positivo alto (25.8 nmol/L).
Enfoque familiar
Familia nuclear en la etapa VI (viuda). Buena red familiar y social.
Desarrollo
Juicio clínico: Miastenia Gravis.
Diagnóstico diferencial: Parálisis unilateral de par craneal, esclerosis múltiple, neoplasia, blefaroespasmo.
Identificación de problemas: Diplopia intermitente.
Tratamiento
Primero se le indicó oclusión ocular en días alternos del ojo afecto sin evidenciarse mejoría. Posteriormente tras valoración por neurología, comenzó con piridostigmina, tratamiento farmacológico de Miastenia Gravis.
Evolución
La paciente inicialmente persiste con diplopia y presenta empeoramiento progresivo (caída de ambos párpados, disfagia y pérdida de fuerza generalizada) que mejoran de forma notable tras comenzar tratamiento de Miastenia Gravis. En la actualidad se encuentra estable.
La Miastenia Gravis es una enfermedad crónica autoinmune que produce debilidad fluctuante de varios grupos musculares, siendo característico el empeoramiento progresivo de los síntomas a medida que avanza el día. El 50 % de los pacientes debutan con síntomas puros oculares (diplopía y/o ptosis), progresando a formas generalizadas en el 50-60% de los casos.
Existen tratamiento farmacológico efectivos, con gran mejoría clínica en la mayoría de los casos.
La aplicabilidad de este caso para la Medicina Familiar y Comunitaria se basa en la importancia
de realizar un seguimiento estrecho de aquellos pacientes que no evolucionan favorablemente, donde la anamnesis y la exploración física juegan un papel fundamental para que no pasen desapercibidos aquellos síntomas y signos característicos de ciertas patologías.