XXXVI Congreso de la semFYC – A Coruña
del 9 al 11 de junio 2016
Atención Primaria.
Caso multidisciplinar.
Disfagia.
Enfoque individual
Antecedentes personales: ninguno de interés.
Se trata de un varón de 28 años que presenta disfagia a sólidos y dolor centrotorácico de dos meses de evolución de aparición progresiva que mejora con movimientos y postura de estiramiento cervical. Ha tomado Omeprazol durante un mes con escasa respuesta.
Exploración física: sin hallazgos de interés.
Analítica: TSH 7,67; urea 55; ferritina 259. Electrocardiograma: normal. Endoscopia digestiva: leucoacantosis, surcos en mucosa. Se toman biopsias para descartar esofagitis eosinofílica. Radiología: tránsito esofágico atónico, con fallo de onda primaria y antiperistaltismo. Dilatación de esófago de hasta 34 mms. Estudio de motilidad esofágica de alta resolución: esfínter esofágico superior hipertenso, cuerpo esofágico 70% de ondas de baja amplitud, 30% de ondas fallidas, acortamiento del cuerpo esofágico. Esfínter esofágico inferior: ausencia de relajaciones. Presión residual mayor de 15 mmHg.
Enfoque familiar
Escasa prevalencia de casos similares, excepto alguno aislado probable en la comunidad, en estudio actualmente.
Desarrollo
Juicio clínico: Acalasia esofágica grado II.
Diagnóstico diferencial: cardiopatía isquémica, neoplasia maligna, enfermedad de Chagas, neumonía.
Identificación de problemas: patologías potencialmente graves en su diagnóstico diferencial. Descartar malignidad asociada.
Tratamiento
Miotomía de Heller. Funduplicatura de Dor.
Se mantiene tratamiento con Omeprazol.
Evolución
Buena evolución tras cirugía. Desaparición de los síntomas.
La acalasia esofágica es un trastorno motor primario, un proceso inflamatorio degenerativo que conduce a la destrucción de neuronas responsables de la relajación del esfínter y de la peristalsis, de causa desconocida. En Atención Primaria debemos sospecharlo ante un paciente que presenta disfagia y dolor centrotorácico que mejora con maniobras antiálgicas de estiramiento cervical y no mejora con inhibidores de la bomba de protones: ante ello debemos realizar una exhaustiva historia clínica. La prueba diagnóstica de elección es la manometría. El diagnóstico de apoyo vendrá dado por las pruebas de imagen. Siempre hay que descartar neoplasias malignas y esófago de Barret. No existe un tratamiento curativo, aunque la cirugía con la miotomía de Heller asociando una técnica antirreflujo ha logrado buenos resultados (90%) y mejorar la calidad de vida del paciente.