Aprovechar el tiempo en carretera de camino al centro de salud para compartir experiencias laborales y docentes entre tutor y residente. Crear un clima de confianza entre ambos fuera de la consulta.

Durante los meses de rotación de mi residente en mi consulta de atención primaria, como ambos vivíamos en una ciudad a 70 kilometoros de distancia, decidimos compartir coche para reducir gastos y hacer más ameno el trayecto. Lo que en un inicio podría pensarse como un momento independiente de la actividad asistencial y docente del centro de salud, en realidad se convirtió en un lugar de confianza donde aprovechar para compartir experiencias y aprendizajes. Así aprovechamos para repasar patologías que habíamos estudiado previamente en casa, para compartir y practicar sesiones que estabamos preparando para el centro de salud, para consultar dudas relacionadas con pacientes atendidos previamente e incluso para compartir emociones e impresiones que nos habian ido surgiendo.

Ha sido una experiencia docente muy enriquecedora pues al ocurrir fuera de la consulta, hemos podido tratar temas de una manera más distendida generando un clima de confianza que nos ha permitido no solo repasar patologías y consultar dudas sino además compartir emociones e impresiones sobre situaciones clínicas que nos han ido surgiendo.

Esta experiencia docente se puede aplicar a todos los viajes en coche compartidos entre compañeros de trabajo, ya sean tutor y residente, residentes o adjuntos.