XL Congreso Nacional y I Congreso Virtual de la semFYC - Valencia
del 15 de septiembre al 6 de octubre de 2020
Atención primaria.
Rinorrea unilateral.
Enfoque individual
Varón de 55 años de etnia gitana con antecedentes de diabetes mellitus, hipertensión arterial, obesidad, retinopatía diabética y cefaleas recurrentes. Acudió por rinorrea unilateral izquierda, transparente y persistente de dos días de evolución sin síntomas catarrales ni antecedente traumático. Exploración física anodina. Determinación de glicemia del líquido nasal de 114 mg/dl y glicemia capilar 1h después de desayunar de 170. Derivación a urgencias de otorrinolaringología para descartar rinolicuorrea.
Enfoque familiar y comunitario
Mujer recién operada de adenoma de paratiroides y con baja laboral. Tiene un hijo casado y 2 nietos pequeños.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
En urgencias se analizó el líquido nasal para determinación de proteína B-trace y se realizó rinoscopia sin pólipos ni tumoraciones. Se pidió RM cerebral urgente: silla turca vacía, dilatación de vainas meníngeas de los nervios ópticos, alteración descrita en Pseudotumor cerebri. RM base de cráneo posterior: imagen sugestiva de defecto óseo techo etmoidal izquierdo con protrusión del líquido cefalorraquídeo (LCR) y parénquima encefálico, sugestivo de encefalocele, y defecto óseo en región de fóvea etmoidal derecha con leve protrusión de LCR sugestivo de meningocele.
Jucio
Tratamiento y planes de actuación
La detección de B-trace es uno de los métodos de laboratorio más fiables para confirmar rinolicuorrea por su mayor sensibilidad y VPN que la determinación de glucosa en el exudado. Se debe sospechar ante rinorrea unilateral clara que aumenta con el valsalva y suele estar acompañada de cefalea.
Las fístulas de LCR pueden ser traumáticas y no traumáticas. Dentro de las no traumáticas se incluyen las de alta presión; debidas a tumores, hidrocefalia o hipertensión intracraneal benigna y las de presión normal; debidas a procesos inflamatorios e infecciosos, defectos congénitos, tumores, granulaciones de la aracnoides, silla vacía y causas idiopáticas. En nuestro caso, el meningocele y el encefalocele, protrusiones de las meninges y de las meninges y el tejido cerebral respectivamente, pueden estar relacionadas con este aumento de la presión intracraneal. El tratamiento es la reparación quirúrgica.