II Congreso de Residentes, Tutores, JMF y UUDD
10 y 11 de mayo 2024
Atención Primaria.
Intolerancia al ejercicio y debilidad muscular.
Enfoque individual
Hombre de 33 años, sin alergias medicamentosas conocidas ni hábitos tóxicos. Antecedentes de dislipemia bajo tratamiento con estatinas desde hacía dos semanas y consumo de suplementos proteicos y creatina debido a su actividad laboral como jugador de rugby profesional.
El paciente consultó por intolerancia al ejercicio habitual, debilidad generalizada y mialgias de un mes de evolución. Además, experimentó palpitaciones, temblores y pérdida de peso gradual durante el mismo periodo. En la semana previa al inicio de los síntomas, presentó rinorrea, odinofagia y sensación de ocupación faríngea.
En la exploración física, el paciente mostró constantes vitales normales y temblor de reposo en ambas manos como único hallazgo. Los resultados de los exámenes mostraron bradicardia sinusal en el electrocardiograma y a nivel analítico, hipertransaminasemia, elevación de creatincinasa (CK), supresión de la tirotropina (TSH), elevación de tiroxina (T4) y positividad para anticuerpos anti-peroxidasa y anti-tiroglobulina. Se realizó una ecografía tiroidea sin hallazgos.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
El diagnóstico inicial fue de hipertiroidismo primario con sospecha de tiroiditis subaguda como causa. En cuanto al origen de la hipertransaminasemia y elevación de CK, se consideró el propio hipertiroidismo, una reacción adversa a estatinas y una miopatía.
Tratamiento y planes de actuación
Tras los hallazgos y el diagnóstico diferencial descrito, se suspendieron las estatinas y se inició Metimazol, mientras se esperaban los resultados de una gammagrafía tiroidea. La gammagrafía mostró un tiroides normocaptante con ligero aumento de tamaño del lóbulo tiroideo derecho, sin poder descartar la toma concomitante de Metimazol, confirmando el diagnóstico de tiroiditis subaguda.
Evolución
A los dos meses del seguimiento el paciente desarrolló hipotiroidismo clínico que obligó a la retirada de metamizol y al inicio de tratamiento sustitutivo con Levotiroxina, consiguiendo la normalización del perfil tiroideo, hepático y CK a los seis meses, quedando el paciente asintomático y sin necesidad de tratamiento.
En conclusión, se resalta la importancia de una anamnesis detallada en pacientes con hipertiroidismo, considerando antecedentes virales, dolor cervical y contexto farmacológico para un correcto diagnóstico.
El seguimiento analítico es necesario hasta la normalización de la función tiroidea, y se debe tener en cuenta la suspensión del Metimazol antes de realizar gammagrafía para evitar alteraciones en la captación.