XLII Congreso de la semFYC - Sevilla
del 30 de junio al 2 de junio de 2022
Enfoque individual
Mujer de 42 años, sin AMC ni FRCV, con AP de neuroma de morton en seguimiento por reumatología y pendiente de infiltración y trastorno adaptativo en tratamiento con lorazepam. Vive con su marido y dos hijos y teletrabaja en una empresa de economía. Actualmente en tratamiento con lorazepam y nolotil a demanda.
Acude refiriendo dolor de piernas bilateral de dos semanas de evolución, en región de cuádriceps y región pretibial, que describe como incomodidad o inquietud, que aparece sobre todo por las noches impidiéndole el sueño pero también tras varias horas trabajando frente all ordenador. El dolor le produce necesidad de mover las piernas y caminar con mejoría parcial de sintomatología. Asocia astenia intensa que relaciona con crianza de hijos y trabajo. No traumatismo previo. No dolor lumbar. No pérdida de peso. Afebril.
Exploración física sin hallazgos.
Se solicita analítica con PCR, perfil glucémico, tiroideo, férrico y renal con resultado normal.
Enfoque familiar y comunitario
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Síndrome de piernas inquietas primario
Diagnóstico diferencial: SPI secundario, polineuropatía, radiculopatía lumbosacra, insuficiencia venosa.
Tratamiento y planes de actuación
Se aconsejan medidas higiénico-dietéticas (higiene del sueño), ejercicio, evitar psicoestimulantes junto con lorazepam al acostarse con escasa mejoría del cuadro.
Evolución
En control en dos semanas, la paciente no refiere mejoría del descanso nocturno. Se solicita IC a Neurología que recomiendan inicio del tratamiento con rotigotina en parches. La paciente decide esperar y ver evolución.
El síndrome de piernas inquietas (o de Willis-Ekbom) es un trastorno neurológico sensitivo-motor primario cuyos criterios diagnósticos son: 1) necesidad urgente de mover las piernas 2) ocurre y/o que empeora por la noche 3) mejora parcial o totalmente al mover las piernas o caminar 4) el diagnóstico es clínico sin necesidad de pruebas complementarias.
La mayoría de las veces su causa es idiopática aunque puede ser secundario a déficit de hierro, embarazo, insuficiencia renal o fármacos como los ISRS. La gravedad de la enfermedad es variable desde casos leves y esporádicos que no precisen tratamiento, a casos con gran afectación de la calidad de vida en los que se puede plantear tratamiento farmacológico.