Atención Primaria.

Hombre de 35 años que acude por sensación de olor a quemado. Ante dicha sintomatología acude a urgencias donde le realizan PCR que descarta COVID-19, motivo por el cual ante la persistencia de la clínica nos reconsulta.

Enfoque individual

Antecedentes personales: trastorno adaptativo depresivo que requirió tratamiento con citalopram, cefalea tensional de mas de un año de evolución en tratamiento con amitriptilina.   Anamnesis: refiere que en abril de 2021 inicia fantosmia en forma de olor a quemado, sin otra sintomatología asociada. Exploración: dentro de la normalidad, con exploración neurológica, orofaringea y nasal sin alteraciones. Pruebas complementarias: no realizadas por el momento.  

Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas

El diagnóstico diferencial es complejo ya que puede ser por causas postinfecciosas, medicamentosas, patología nasal o paranasal, exposición ambiental, patología neurológica o endocrina.

Tratamiento y planes de actuación

Tras la exploración clínica anodina y la persistencia de los síntomas se revisa la medicación que está tomando, se suspende amitriptilina. Dicha suspensión mejora la sintomatología pero 7 días después reaparece la alteración olfativa, motivo por el cual fue derivado a otorrinolaringología. A la espera de valoración por ORL realizamos seguimiento tanto telefonico como presencial para comprobar la evolución y que no aparezcan sintomas nuevos para poder actuar en consecuencia.

Evolución

Por el momento, el paciente persiste con fantosmia ocasional, pendiente de visita por otorrinolaringología, con posibilidad de ampliación de estudio posterior a su valoración.   

El abordaje en Atención Primaria, con su visión global de las personas, nos obliga a estar en constante aprendizaje de patologías poco frecuentes.