Atención Primaria. 

Enfoque individual

Como antecendentes personales destacan: DM, HTA, DLP. Valvulopatía mitral, portador de prótesis metálica. FA permanente anticoagulada con acenocumarol. Apnea del sueño con uso de CPAP domiciliaria. EPOC GOLD B no agudizador. Enfermedad renal crónica G3Aa2 no filiada.

Varón de 76 años que acude por presentar una lesión redondeada de 2,5 cm de diámetro en el dorso de la mano izquierda de dos semanas de evolución que apareción tras arañazo de perro. Dolorosa al roce, no pruriginosa. Eritema y actividad en bordes. Edema leve en mano.

Perro doméstico, correctamente vacunado y desparasitado. Asintomático.

Enfoque familiar y comunitario

Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas

Juicio cínico: Pioderma gangrenoso.

Diagnóstico diferencial; celulitis, dermatomicosis e infección por micoplasma atípica.

Tratamiento y planes de actuación

Tratado en un primer momento con antibioterapia oral. En la revisión a los siete días y viendo que la lesión había crecido de tamaño (x3), había evolucionado a placa inflamatoria con borde eritematoviolaceo con erosiones superficiales, además de presentar más edema y dolor, contacto telefónicamente con Dermatología que cita de forma preferente, realiza biopsia e indica corticoide tópico de alta potencia.

Evolución

El paciente acude a curas diarias al centro de salud. Presencio las curas y, pese al tratamiento, la lesión crece por días, ya alcanza raíz de dedos, hay exposición de tendones y músculo, aumento de edema y dolor.

Por mala evolución contacto con Dermatología de nuevo y con Anatomía Patológica para agilizar confirmación antomopatológica.

Finalmente y tras pocos días, se confirma el diagnostico de pioderma gangreso, se inician corticoides orales a dosis altas con reepitelización completa en 7 días.

El pioderma gangreso es una enfermedad que afecta a la piel y es de etiología autoinmune. El conocido como fenómeno de patergia produce una reacción inflamatoria tras mínimos traumatismos, apareciendo disrupción en la piel, pápulas o pústulas. El pioderma gangrenoso sigue este patrón y las curas estaban favoreciendo su crecimiento. 

En este caso, cabe destacar la comunicación eficaz y fluida entre atención primaria y hospitalaria que ha hecho posible el rápido y correcto diagnostico y tratamiento del paciente.