Enfoque individual

Varón de 81 años que acude en un primer momento a consulta con su mujer, ambos por síntomas catarrales. Dos meses más tarde vuelve a acudir porque en él persiste la clínica, fundamentalmente tos y expectoración clara.

No padece hipertensión, diabetes ni dislipemia. Exfumador desde hace 14 años con un consumo acumulado de unos 45 años/paquete. No antecedentes de neumonía ni contacto con tuberculosis. Profesión: sastre. Tiene gallinas y un perro en casa. No toma tratamiento habitual.

En la exploración cardiopulmonar únicamente leve disminución de murmullo vesicular. Se solicita espirometría y radiografía de tórax. En la radiografía de tórax se observa un nódulo pulmonar espiculado en lóbulo superior derecho sugestivo de malignidad.

Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas

La primera sospecha es una neoplasia maligna. Otras posibilidades frecuentes a plantear ante un nódulo pulmonar solitario como el descrito en la radiografía serían un harmatoma o un granuloma.

Tratamiento y planes de actuación

Ante los hallazgos se activó desde radiología el protocolo de detección rápida de cáncer de pulmón, siendo derivado a neumología para completar estudio. Tras realización de más pruebas complementarias para categorización del nódulo y estudio de extensión se diagnostica de carcinoma escamoso en lóbulo superior derecho sin afectación ganglionar ni en otras localizaciones por lo que se derivó a cirugía para tratamiento quirúrgico.

Evolución

El paciente se mantiene a la espera de la intervención.

La tos y expectoración son síntomas muy frecuentes en atención primaria y su causa puede variar desde un simple resfriado hasta un cáncer de pulmón, por tanto la importancia radica en cuándo sospechar una patología maligna. A día de hoy, aún no se recomienda el cribado de cáncer de pulmón por su beneficio discreto, sin embargo, hay que estar alerta ante síntomas que se relacionan con el mismo. Según las recomendaciones PAPPS 2018 sobre prevención del cáncer el cambio de tos y/o expectoración de más de tres semanas de evolución en pacientes con alto riesgo de cáncer (edad, antecedentes personales…) supone un síntoma relacionado con cáncer de pulmón por lo que sí es recomendable la realización de una radiografía de tórax como parte del estudio.