XLIV Congreso de la semFYC - Barcelona
14-16 de noviembre de 2024
Atención Primaria y multidisciplinar.
Mujer de 67 años solicita receta de tratamiento pautado en el hospital. Hija refiere debilidad en extremidades inferiores (EEII). Situación basal: IABVD.
Enfoque individual
Antecedentes personales: HTA, dislipemia.
Consulta 2 semanas post ingreso en el que se diagnostica de Leucemia Mieloide Crónica (LMC) para solicitar receta de Hidroxiurea. Hija refiere dificultad progresiva de la marcha llegando a precisar soporte. En anamnesis dirigida refiere cuadro de diarrea y vómitos días atrás.
A la exploración refiere parestesias en palmas de las manos y en EEII, se evidencia ataxia de la marcha y reflejos osteotendinosos en EEII abolidos. Se deriva a urgencias por sospecha de posible síndrome de Guillain-Barré (SGB).
Se realiza PL y estudio de LCR con disociación albúmino-citológica, EMG con polirradiculoneuropatía motora desmielinizante asimétrica en fase aguda/subaguda y estudio de autoinmunidad con anticuerpos anti CASPR-2 positivos.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
En el SGB resultan afectadas predominantemente las fibras nerviosas motoras, siendo la debilidad en EEII el primer signo de la enfermedad. En la polineuropatía desmielinizante inflamatoria crónica (CIDP) la debilidad y la pérdida sensorial con frecuencia se presentan de forma simultánea, y el curso es variable, tanto progresivo como alternando períodos de estabilidad con exacerbaciones. No queda clara la relación del inicio del fármaco ya que las PNP por tóxicos suelen aparecer semanas o meses tras su uso. Dado que la clínica evoluciona durante más de 2 meses y que la afectación es asimétrica, el SGB queda descartado. Finalmente, se orienta como una CIDP de inicio agudo secundaria a anticuerpos CASPR-2.
Tratamiento y planes de actuación
Se retira Hidroxiurea, se inician corticoides e inmunoglobulinas IV con recuperación de la marcha.
Evolución
Tras 2 años desde el diagnóstico, continúa con Prednisona y tratamiento oncológico específico con síntomas controlados.
El curso temporal y la progresión de una PNP son parte clave en el diagnóstico diferencial.
La neuropatía periférica inducida por quimioterapia es una fuente de morbilidad muy importante a tener en cuenta en los pacientes con cáncer.
Conocer la situación basal del paciente facilita discernir entre un deterioro funcional esperable tras un ingreso hospitalario o una posible patología subyacente.
Este caso recuerda ir más allá del motivo por el que consulta el paciente.