III Congreso de Residentes, JMF, Tutores y Unidades Docentes de la semFYC
6-7 de junio de 2025
Atención Primaria.
Dolor en el codo derecho de 5 días de evolución sin traumatismo previo.
Enfoque individual
Mujer de 75 años con antecedentes de HTA, dislipidemia y síndrome ansioso-depresivo controlado. Intervenida previamente de dos cesáreas y de fractura de codo derecho con colocación de placa y tornillos. Consulta por dolor punzante-opresivo en epicóndilo derecho con irradiación al antebrazo, EVA 7/10, sin fiebre. Exploración inicial sin signos inflamatorios ni limitación funcional, dolor a la palpación del epicóndilo. Se inicia tratamiento analgésico. A los 5 días reconsulta por empeoramiento: limitación del movimiento, eritema, aumento de temperatura local y sensación distérmica.
Enfoque familiar y comunitario
Acompañada por su hijo, quien manifiesta desde el inicio desconfianza hacia las decisiones médicas, demandando una actitud más intervencionista.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Inicialmente se considera un cuadro musculoesquelético benigno. Tras empeoramiento clínico, se sospecha celulitis con afectación profunda (periimplantitis). Problemas clave: manejo de la incertidumbre diagnóstica y dificultad en la relación médico-familia.
Tratamiento y planes de actuación
Analgésicos y seguimiento inicial. Posteriormente derivación hospitalaria urgente con diagnóstico de infección profunda y recambio quirúrgico de material osteosintético.
Evolución
Mejoría clínica tras la intervención. Seguimiento en atención primaria con tensiones en la relación médico-familia debido a la percepción de retraso diagnóstico.
Este caso refleja la complejidad del ejercicio clínico en atención primaria, donde la incertidumbre diagnóstica es parte inherente del trabajo. Resalta la importancia del juicio clínico progresivo, pero sobre todo subraya el valor crucial de la comunicación clínica: saber transmitir al paciente y su entorno la lógica de nuestras decisiones, el valor de la observación y el seguimiento, y el porqué de nuestras actuaciones. La formación en habilidades comunicativas no debe ser un complemento, sino un pilar de la práctica clínica del médico de familia, que nos permite construir confianza, prevenir conflictos y acompañar de manera más humana a nuestros pacientes y sus familias.