XXXIX Congreso de la semFYC - Málaga
del 9 al 11 de mayo de 2019
Atención Primaria.
Caso multidisciplinar.
Motivos de consulta
Dolor. Dificultad para las tareas del hogar.
Enfoque individual
Mujer 89 años.
AP: anemia, FA, IC y venas varicosas MMII.
Tratamiento habitual: Bisoprolol, Sintrom, Diazepam, Omeprazol, Espironolactona y Ramipril.
Solicita visita domiciliaria por parte de su médico de familia por dolor de grandes articulaciones. Todo esto se acompaña de fatiga muy intensa, que interfiere en la realización de las actividades diarias de la paciente. Se ha automedicado con AINEs sin aparente mejoría.
Solicita analgesia IM. Expresa sentimientos de desesperanza y ánimo deprimido debido al dolor.
Índice Barthel previo: 100. Índice Barthel actual: 80.
Exploración: dolor simétrico y dificultad tanto a la flexión de cintura pelviana como a la extensión y abducción de MMSS. Se solicita prueba de imagen y extracción sanguínea, que se acompaña de proteinograma y pruebas reumáticas.
Pruebas complementarias: Analítica: FR: 205.1 UI/ mL, VSG: 40 mm, IgG kappa: 0.35 g/ dL, IgA kappa: 0.2 g/ dL. Resto normal. Rx: signos de artrosis generalizada. Resto normal. La no respuesta a AINEs, junto con la simetría del cuadro y la inespecificidad de la prueba de imagen, nos permite descartar la patología traumatológica.
Enfoque familiar y comunitario
Viuda. Vive sola. Dos hijos independizados. Poca red social de apoyo. Independiente para las tareas del hogar. Se niega a recibir ayuda del exterior.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
La exploración de la paciente y las pruebas complementarias sugieren Polimialgia Reumática.
Diagnóstico Diferencial: Mieloma Múltiple, Artritis Reumatoide del anciano, Arteritis de Células Gigantes.
Identificación de problemas: patología poco frecuente y de difícil diagnóstico por la no existencia de criterios claros de diagnóstico.
Tratamiento y planes de actuación
Tras comentar vía email con reumatólogo de referencia, se decide tratamiento con altas dosis de CTC.
Evolución
La paciente acude a consulta tres semanas después, constatándose la mejoría en cuanto al dolor y al estado de ánimo.
Gracias a la continuidad en la evolución de los pacientes que lleva a cabo el médico de familia, se pueden sospechar patologías de baja prevalencia, al poder integrar como signos de alarma aquellos que afectan a la esfera psicosocial del paciente y que, habitualmente, pasarían desapercibidos.