IX Jornadas de Actualización en Medicina de Urgencias y Emergencias de la semFYC
Del 5 al 6 de abril de 2024
Enfoque individual
Paciente mujer de 32 años, sin antecedentes médico-quirúrgicos, que tras sufrir esguince de tobillo izquierdo cae sobre la mano derecha en extensión. La paciente consulta 24 horas después por importante tumefacción en muñeca derecha con impotencia funcional.
A la exploración física de la muñeca se evidencia tumefacción periarticular con dolor en la región de la tabaquera anatómica a la desviación cubital de la muñeca y dolor a la supinación de la muñeca contra resistencia. Presentaba asimismo dolor a la palpación del fondo de la tabaquera anatómica y el tubérculo del escafoides; así como dolor a la compresión axial del dedo pulgar y con la maniobra de desplazamiento del escafoides (Watson).
Ante la sospecha diagnóstica, se completa el estudio con una radiografía anteroposterior, lateral y una proyección de escafoides.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
No se visualiza un trazo de fractura claro en el escafoides. No obstante, debido a que la clínica es altamente sugestiva de dicha patología se inmoviliza a la paciente con férula de escafoides y se repite el estudio radiológico a los 15 días, objetivándose una fractura oblicua del tercio distal del escafoides del carpo derecho.
Tratamiento y planes de actuación
La paciente continúa el seguimiento en las consultas externas de Traumatología que deciden tratamiento conservador con seguimiento radiológico estrecho durante 3 meses.
Evolución
Tras este periodo de inmovilización la fractura consolida sin complicaciones.
Las fracturas de escafoides ocurren en la mayoría de los casos tras un traumatismo deportivo o una caída de alta energía sobre la mano extendida. Su sospecha clínica es fundamental ya que las fracturas agudas no siempre son visibles en las radiografías iniciales y debemos evitar las complicaciones que se producen al pasar por alto esta fractura como son la seudoartrosis y la necrosis avascular del polo proximal por la interrupción del flujo sanguíneo retrógrado. Por tanto, ante la sospecha de fractura de escafoides, debe inmovilizarse al paciente con una férula de muñeca o una férula antebraquiopalmar y revisarse en consultas de Traumatología en 2 semanas para confirmación diagnóstica. Nuestra labor como médicos de familia es sospechar y explorar correctamente a estos pacientes para prevenir complicaciones tardías secundarias a la ausencia de inmovilización aguda.