Comunicaciones: Resultados de investigación

¿Dónde mueren nuestros pacientes crónicos domiciliarios? (oral)

OBJETIVO

Determinar las características de nuestra población crónica domiciliaria fallecida, para analizar qué factores favorecieron que el paciente falleciera en domicilio.

MATERIAL Y MÉTODOS

Estudio descriptivo de los pacientes en programa de atención domiciliaria (ATDOM) de dos centros de atención primaria que fallecieron entre 2011-2013. Se recoge información de la historia clínica y su equipo asistencial. Análisis estadístico con SPSS, los resultados se comparan con tests χ2 y t-Student.

RESULTADOS

104 pacientes incluidos (82 años ± 10,27). El 46% presentan Barthel <35.

No hay diferencias en número de fallecidos según sexo. Las mujeres mueren mayores que ellos (84,8 ±9,1 años vs 79,3 ± 10,7).

Los pacientes con neoplasia fueron significativamente más jóvenes, edad media 72,8±12,17, el resto 84,4 ± 8,3 (p<0,0001).

La patología crónica es el diagnóstico más prevalente, especialmente en mujeres (54% vs 42%). En segundo lugar, entre las mujeres predomina, como motivo de inclusión en programa ATDOM, el deterioro cognitivo (40% vs 23%) y entre los hombres la neoplasia (35% vs 6%), con diferencias significativas (p<0.001).

El 60% fallece en hospital, en domicilio: 33%. No se observa relación entre lugar de la muerte y patología, aunque el 50% de los fallecidos en domicilio fue por enfermedad crónica.

El cuidador principal es mayoritariamente familiar (pareja: 28%, hijos: 48%). Entre los pacientes con neoplasia, la pareja es el cuidador principal (71%).

Entre los que fallecen en el hospital la media de visitas a urgencias es mayor (p<0.001). 

CONCLUSIÓN

Pocos pacientes fallecen en domicilio, sin embargo ello no depende del tipo de cuidador, patología, estado civil ni tiempo en el programa de atención domiciliaria. Mayor tendencia a fallecer en casa entre los que requieren más visitas de atención primaria, son más dependientes y acuden menos a urgencias.

Las mujeres fallecen mayores y mayoritariamente por patología crónica, mientras que los hombres lo hacen más por neoplasia, siendo más jóvenes.

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