XXXIX Congreso de la semFYC - Málaga
del 9 al 11 de mayo de 2019
Analizar el dilema ético y legal que implica incapacitar a un paciente, trasladarle e igresarle cuando su propia seguridad y vida están en riesgo.
Mujer de 69 años que consulta por recetas y lesión en mama derecha de meses de evolución que no mejora. A la exploración lesión necrótica con bordes levantados, indurada e indolora en mama derecha. Se plantea solicitud de mamografía preferente. En cita de control paciente refiere que no acudió a la mamografía, niega gravedad de la lesión, ideas autorreferenciales y de persecusión. Antecedentes de enfermedad psicótica sin control ni tratamiento activo. Contactamos con el servicio de salud mental y se programa una cita en la que se activa protocolo de traslado e ingreso involuntario.
Existen protocolos de traslados e ingresos involuntarios y es importante conocer los criterios y el momento exacto en los que se deben activar estos protocolos, siempre priorizando la seguridad y la vida de nuestros pacientes. En este caso la patología mental no tratada estaba poniendo en riesgo la propia seguridad de la paciente ante una lesión de alta sospecha clínica probablemente neoplásica y progresiva.
Como médicos de familia en un servicio de atención primaria debemos conocer y manejar los programas y/o protocolos de traslados e ingresos involuntarios en nuestra área de trabajo y contar con el apoyo de los servicios y el equipo implicado (Médico, Ambulancia de traslado, Guardia civil, Hospitalización, Servicio de urgencias, etc.) conociendo los criterios de activación y siempre priorizando la seguridad y la vida de nuestros pacientes.