XXXV Congreso de la semFYC - Gijón
del 11 al 13 de junio 2015
Moderadora
Laura Carbajo Martín
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Servicio de Urgencias del Hospital Alta Resolución de Utrera. Sevilla. Miembro del GdT Nuevas Tecnologías de la SAMFyC (eSAMFYC). Responsable del proyecto @pontealdiaAP.
1. Twitter, virtudes y posibilidades a la hora de comunicar
Vicente Baos Vicente
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. CS de Collado Villalba. Madrid. Autor y editor del blog sanitario El supositorio (http://vicentebaos.blogspot.com). Miembro de la red de expertos de la Agencias Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) y la European Medicines Agency. Miembro del GdT Utilización de Fármacos de la semFYC.
Francisco Benito Justel
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Médico de Atención Primaria en SERMAS. GdT Nuevas Tecnologías de la SoMaMFyC
3. Entornos virtuales simulados: un nuevo concepto de asistencia, una nueva forma de educación
Félix del Ojo García
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Servicio de Emergencias Sanitarias 061 de Almería. Coordinador del GdT Nuevas Tecnologías de SAMFyC (eSAMFYC).
Resumen
Se habla de e-salud, de salud 2.0, de redes sociales, de nube, de inteligencia artificial y acabamos abrumados con tanta infoxicación. Somos conscientes de que el trabajo como médicos de familia está cambiando y va a cambiar mucho más porque la información y recursos on-line viaja a velocidades de vértigo.
Pero ¿esto de e-salud es moda?, ¿tengo que adaptarme al cambio? Son preguntas que tal vez tengamos en mente, por eso queremos empezar mostrando experiencias reales donde contrastar virtudes y, a la vez, dificultades sobre la tecnología e internet como herramientas de trabajo.
Hablaremos de blogs, Twitter y entornos virtuales como Second Life. Ahondaremos en el concepto de «salud 2.0» para adentrarnos y sumergirnos en la red.
Ahora sí que ha llegado el cambio, la consulta se abre a las redes donde podremos exponer consejos de salud, hacer salud comunitaria y mantenernos actualizad@s e informad@s. Ahora sí, e-salud al descubierto, vamos a prepararnos.
En el momento actual, hablar de nuevas tecnologías y redes sociales como algo novedoso suena obsoleto. Los instrumentos de comunicación y de relación social, profesional y personal que han aparecido con la era digital son variados y diversos, y en su mayor parte, complementarios.
Se tiende a agrupar a Facebook y a Twitter como las dos grandes herramientas de las redes sociales actuales. Sin embargo, son muy diferentes en concepto, diseño e instrumentos, por lo que se debe hablar de ellas por separado.
¿Qué puede aportar Twitter a los médicos de familia en el momento actual?
Utilizo Twitter desde hace seis años, y su potencial e interés han ido creciendo con el tiempo. En primer lugar, Twitter debe considerarse una red social basada en la aportación mutua de contenidos de interés, visto desde una perspectiva amplia. Tan interesante puede ser el enlace comentado a una nueva publicación relevante como la opinión pura y dura del autor ante un hecho de transcendencia social o política, y, por qué no, personal. El usuario que abre su opinión o motivación al resto de las personas que le siguen debe tener claro el concepto de compartir y, a la vez, de «desnudar» su pensamiento e inquietudes de una forma abierta. Evidentemente, es responsabilidad del autor escribir sobre aquello que no le importa que sea conocido. Las cuentas «protegidas» por su creador en un Twitter «privado» nunca tendrán más consecuencias que la de comunicar a un grupo pequeño de amigos sus opiniones o intereses.
Twitter puede concebirse como una herramienta pasiva de recepción de información. Podemos seguir cuentas de revistas, instituciones, etc., que vuelcan sus actualizaciones. Constituye una manera excelente de seguir informado por esta red. Sin embargo, Twitter se enriquece con la colaboración mutua y la elaboración de tuits que no sean solo información, sino también maneras de compartir intereses. Por esta vía, un médico de familia puede estar en comunicación con otros colegas y conocer a numerosos compañeros a los que nunca habría conocido en el «mundo real». De este modo se están rompiendo muchos esquemas del asociacionismo tanto profesional como político.
Twitter permite crear redes de apoyo mutuo o de «agitación sociosanitaria» de una manera diferente, lo que abre su utilidad más allá del limitado mundo de los «seguidores».
Los hashtags, o etiquetas de Twitter, definidos por el símbolo de la almohadilla #, suponen la creación de un espacio común al que se puede acceder más allá del grupo cerrado de las personas a las que uno conoce y sigue. Los medios de comunicación y programas televisivos usan esa herramienta para agrupar y evaluar la opinión pública de las personas que están siguiendo un programa y desean expresar una opinión. En salud, también es posible crear «tendencia».
#NoSinEvidencia fue una iniciativa de Javier Sorribes, Rafael Bravo y mía a raíz de la propuesta de regulación de los productos homeopáticos. De forma organizada, invitamos a través de Twitter y el «viejo» correo electrónico a numerosas personas, sanitarias y no sanitarias, a sumarse a un manifiesto de protesta que publicamos en todos los medios (blogs, Twitter, Facebook) el mismo día y a la misma hora para conseguir un mayor impacto. A través de esta etiqueta conseguimos miles de comentarios y saltamos a los medios de comunicación generales de prensa escrita, radio y televisión. Ello provocó la apertura de un debate social sobre las seudociencias en nuestro país. Gracias a ello, la etiqueta se sigue usando para hablar de cualquier tema que requiere una «evidencia», más allá de la homeopatía y otras seudociencias, y también para la evaluación terapéutica en general.
La relación entre Twitter y los medios de comunicación generales o estándares es de una simbiosis mutua, productiva para ambos medios. Si bien hay cuentas de Twitter con un gran número de seguidores, estas nunca serán comparables con el impacto que los medios de comunicación tienen tanto en las redes sociales como en el público ajeno a las mismas. Muchos periodistas están a la caza de noticias a través de Twitter, y a la vez, sus publicaciones periodísticas multiplican su impacto.
España es un país con una gran utilización de Twitter; sin embargo, sus usuarios no dejan de ser una minoría entre la población general. Con el empleo de etiquetas como #parapacientes, se han intentado introducir elementos de divulgación sanitaria en la población general. Pero, por ahora, Twitter no está siendo una herramienta de utilidad masiva. Uno de los retos de los médicos de familia para aumentar su grado de influencia y audiencia en la sociedad es la presencia de contenidos propios en el ámbito general. Las generaciones más jóvenes están masivamente introducidas en las redes sociales. Conseguir que mensajes creados por médicos de familia lleguen a los propios pacientes y al conjunto de la sociedad supone un desafío que deben asumir los jóvenes médicos de familia en su tarea diaria.
Desde que comenzaron a publicarse blogs, casi diez años desde que se empezaron a utilizar como herramienta de edición de contenidos y opiniones al albur de la generalización de internet, la medicina de familia ha cobrado un importante protagonismo. Twitter se complementa perfectamente con esa herramienta. La brevedad del mensaje de Twitter, sus famosos 140 caracteres, limita la expresión a ideas breves y sintéticas, como de titular. El enlace a textos más extensos, nunca muy amplios –uno de los defectos que introduce la lectura en pantalla es la necesidad de brevedad: los textos largos no se leen–, es una manera complementaria de desarrollar tanto ideas como información pura o comentada: un artículo, una guía clínica, etc.
Animo a crear una cuenta de Twitter. Para ello, uno puede buscar las personas que conozca que usan Twitter. Al bucear entre sus seguidores y a los que esta persona sigue, encontrará cuentas de gran interés en contenido. Pero no solo hay que mirar; también es necesario participar. Los debates tuiteros son muy enriquecedores. También se verán sus defectos: los trolls y otras maneras de molestar en redes sociales. Aun así, merece la pena. Este es el tiempo que vivimos, estas son las herramientas de las que disponemos. Aprovechémoslas y enriquezcamos nuestro bagaje profesional, cultural y personal.
Un blog, también llamado bitácora digital o weblog, es un sitio web en el que uno o varios autores publican cronológicamente textos o artículos, y donde el más reciente de estos aparece en primer lugar; el autor conserva siempre la libertad de publicar lo que crea pertinente.
Esa libertad en la publicación ha sido una de las razones por las cuales dichas herramientas se han convertido en elementos alternativos de difusión de información al no estar sujetos a las presiones de empresas, marcas o grupos de poder. Por ello, socialmente el blog, lejos de permanecer desplazado por la llegada de las redes sociales, está sobreviviendo y aumentando en poder y fuerza.
Aunque en un principio el blog es un diario único, con un solo autor, y se dedica fundamentalmente a la opinión, esta situación ha ido cambiando. Existen muchos tipos de blogs dependiendo tanto del tema que tratan como de las personas que participan. Así, pueden ser: unipersonales o colaborativos (con uno o varios autores; en el caso de existir varios autores, no todos ellos tienen por qué disponer de los mismos permisos en la edición y corrección de los contenidos) y de opinión o difusión de contenidos.
Nuestro grupo optó hace ya cinco años por la elaboración de un blog colaborativo de difusión de contenidos con el espíritu de disminuir la brecha digital e intentando mostrar herramientas digitales, según fueran saliendo, a los médicos de familia y formarlos en su uso. De esta forma, la estructura del blog (con una entrada diaria en un lenguaje algo más informal y periodístico) se fue complementando con información más estructural que se mantiene accesible desde la página de inicio, como es el caso de los libros referentes a 2.0, cursos y tutoriales, y nuestra última sección incorporada hace tan solo unas semanas, nuestros conflictos de intereses como grupo de trabajo y personales.
Buscábamos en ese momento un espacio dentro de la «blogosfera», ya que en aquel entonces había un número considerable de bitácoras individuales con contenidos biosanitarios elaboradas por médicos de familia las cuales siguen contando con el prestigio que les damos la mayoría de los visitantes de sus bitácoras, como Vicente Baos o Salvador Casado.
Fuimos uno de los primeros blogs en los que se escribía como herramienta corporativa al representar a una sociedad científica y sobre el que se extendían una serie de cuentas en redes sociales que mantenían el nombre de la sociedad. Queremos agradecer el apoyo de la junta directiva en ese momento, cuando planteábamos el uso de herramientas que muchos no conocían, pero su desconocimiento no supuso un freno para la implantación.
Nuestro grupo se incrementa todos los años con un miembro más, que suele ser un residente al que se le ofrece la posibilidad de trabajar en equipo, de incorporarse a nuestra línea de investigación y a la tarea de producción editorial del grupo.
Pero ¿por qué queremos tener un blog?, ¿por qué llevamos cinco años con él?, ¿por qué seguimos con una entrada diaria pese al esfuerzo que supone? Hemos intentado recopilar las diez razones por las que continuamos en la tarea:
Si no llega a ser por nuestro blog, por nuestro niño mimado que ya ha cumplido cinco años, yo no estaría en estos momentos compartiendo espacio con vosotros.
¡Ah!, por cierto, hablamos del blog del Grupo de Nuevas Tecnologías de la SoMaMFyC por si no nos conocéis aún. Muchas gracias.
Un abordaje distinto en el que se pretende presentar nuevas alternativas que completen la asistencia a nuestros pacientes. Nuevas herramientas para favorecer la educación, la comunicación y los comentarios de nuestros pacientes, y así sacar la realidad asistencial de las consultas. Nuevas formas de comunicación, nuevas formas de educar.
1) Pacientes y la e-salud
Cada vez más, los pacientes están más inmersos en las posibilidades de la e-salud. Cada uno tiene su Twitter, se informa usando el móvil o hace compras por internet. La salud no es una excepción: también se buscan síntomas en la red. Ya hay trabajos1 que demuestran que el teléfono era un complemento ideal en la consulta al aligerar las agendas, vehiculizar la información y permitir una gestión integral de la consulta y de los trámites de la misma. Pero las posibilidades de los dispositivos y de las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) aumentan, y, de forma paralela, se incrementa el flujo del información médica (donde no se discierne el ruido de la información valida) al que el paciente estáexpuesto; con alguna salvedad, el paciente cada vez demanda más feedback y siente la necesidad de acompañamiento en pro de su empoderamiento como agente activo en su propia salud. Por ello, cada vez más se dirige a entornos activos como redes sociales2 en detrimento de páginas estáticas o meramente explicativas y sin posibilidad de interacción. Y es más, el propio paciente demanda esa relación con las instituciones sanitarias de forma activa y viva: «Los pacientes a su vez afirman que una de sus mayores insatisfacciones es que sus experiencias y necesidades no son reconocidas por ninguna organización o profesional de la salud. Reclaman un mayor feedback e intercambio de ideas para facilitar un mayor debate colaborativo, con diferentes puntos de vista, por parte de empresas y otros miembros del sector de la salud. También destacan la importancia de la participación de la industria farmacéutica a la hora de responder sus dudas y no solo ofrecer respuestas estandarizadas».3
Por lo tanto, se plantea un reto: encontrar la fórmula para ofrecer ese vínculo estrecho, dinámico y personal con nuestros pacientes.
2) Entornos virtuales: situación, experiencia y usos
Aunque pueda sorprender, los entornos virtuales existen desde hace más de diez años. De forma resumida, un entorno virtual es un programa completo que contiene todas las herramientas para que el usuario interaccione totalmente con el medio. Los entornos virtuales en general tienen una interfaz dedicada a la simulación de espacios físicos, donde el usuario se desenvuelve con los objetos y materiales del curso o de la actividad e interacciona con el resto de los compañeros y con el cuerpo docente usando sistemas de comunicación sincrónicos: chat de texto y chat de voz. Estos entornos virtuales han demostrado ser unas excelentes plataformas docentes donde profesionales y pacientes pueden fijar mejor los conceptos gracias a que la simulación de espacios permite trabajar con la variable volumen, es decir, ya no hace falta describir una columna vertebral, si no que se puede ver y manipular dicha columna en estos entornos de simulación. Si bien los anglosajones atesoran mucha experiencia en estas técnicas, la experiencia más cercana es la que lleva a cabo, en la Universidad de Málaga, el departamento de Radiología y Medicina Física de la Facultad de Medicina de Málaga; el libro Actividades de innovación en la educación universitaria española[4]recoge la capacidad docente de las plataformas virtuales, donde mediante un análisis descriptivo comparado se demuestra que se puede aprender tan bien sobre radiología en una clase presencial como en casa, escuchando al profesor y con una sensación espacial de aula, aunque esta sea virtual.Prueba de esto es que el proyecto ha ampliado para incluir cursos de doctorado. Los entornos virtuales permiten, además, realizar actividades de salud comunitaria; la posibilidad de interaccionar por voz hace que se transmita la información con suficiente velocidad y con la capacidad de feedback, lo que comporta que la comunicación sea instantánea y que además nos podamos asegurar de que el mensaje se ha entendido, con el añadido de que varias personas pueden interactuar a la vez.Las búsquedas bibliográficas compartidas o las sesiones de comentario crítico de artículos y la navegación compartida (en que varias personas usan un mismo navegador) son otras virtudes de los entornos virtuales compartidos. La iniciativa SALUD con PALABRAS es una iniciativa comunitaria que aúna todas estas virtudes y permite ofrecer sesiones a usuarios interesados en temas de salud comunitaria mediante un sistema de presentación de diapositivas, que se explican a la vez para que los usuarios vean y escuchen la información, pero además las sesiones se emiten en directo por streaming y se graban para colgarlo en formato podcast.5 A partir de ese encuentro comunitario se genera a la vez un blog y un sistema de presentaciones accesibles para todo el mundo de forma gratuita. Hay que destacar que desde una plataforma virtual se puede generar contenido científico con repercusión comunitaria. Asimismo, también se facilitan las reuniones de equipos de trabajo sin la necesidad de cambios en el calendario ni alterar ritmos; sin desplazamientos o costes; solo hace falta un ordenador con ratón, micrófono, auriculares y muchas ganas.
3) Límites éticos y legales
Desde el punto de vista ético, puesto que se pretende la difusión de mensajes simples de salud con una evidencia científica, no se busca ninguna actuación más allá de la simple orientación a quien lo requiera. Debido a que las nuevas tecnologías tienen cada vez más seguidores, están proliferando las interacciones paciente-paciente mediadas por redes sociales, como grupos de Twitter, Facebook o foros de discusión que pueden auto-organizarse en torno a las enfermedades o síntomas. Estos métodos son parte del entorno de la información emergente que los pacientes buscarán y utilizarán, y hoy en día constituyen ya una realidad, aunque quedan dudas de si los contenidos están suficientemente basados en la evidencia o, por el contrario, están sujetos a sesgos o a grupos de presión externos.6 Precisamente, la interacción sincrónica resulta más ventajosa en el sentido de que se permite preguntar, con un chat de texto o voz, signos y síntomas, o bien que se aclaren términos o pruebas; además no hace falta el concurso de datos reales, lo cual salvaguarda la identidad y la privacidad del consultor. En general, los entornos virtuales inmersivos no usan datos reales de la persona para abrir la cuenta; por lo tanto, no se intercambia información que el consultante no quiera. Además, puesto que los visores de entornos virtuales inmersivos pertenenecen a empresas externas, todo intento de acceso fraudulento a datos privados como correos o nombres reales supondría una infracción legal de importantes consecuencias en función de la jurisdicción del país donde se encuentra la empresa auspiciadora de la plataforma, lo cual contribuye a que la seguridad de la comunicación en el contexto clínico sea más segura que, por ejemplo, en sistemas de chat o plataformas sociales.
Bibliografía